Sí, lo sé, soy muy pesado. Pero la cabra tira al monte. Para aquellos que no se lo hayan bajado de Internet (que serán pocos o eso parece), dentro de poco Blistering.com ofrecerá una «listening party» del nuevo disco, que se podrá escuchar entre los días 20 y 22 de Mayo.

Todo esto me parece muy bonito y tal, pero estaría mucho mejor si pusiesen disponible la obra para todo el mundo, que la pudiesen descargar de forma oficial (porque, aunque cueste creerlo y, por desgracia, demostrarlo, legal es), para escucharla cuando y donde les dé la gana. Y luego, que saquen los CDs con su folletito y todo bien impreso, que habrá petados como yo que seguirá comprándolos, para obtener la misma gratificación que se saca al comprar y poseer un libro en su formato tradicional, impreso y encuadernado correctamente, a pesar de poder bajarse en un fichero de texto plano. Así dejarían de tener sentido las mafias de copias ilegales (léase, con ánimo de lucro sin licencia). Quien quiera comprar un disco porque le guste y tenga la capacidad de adquirirlo, que lo haga, y quien no pueda permitírselo, que tenga la opción también de escuchar la música, sin alimentar a grupúsculos criminales.

Lo que me fastidia terriblemente es que algunos se sienten en su derecho de robar a los demás para poder seguir ganando dinero, porque son incapaces de adaptarse a los cambios de su entorno. Es tan absurdo como si el colectivo que representa a los educadores españoles se opusiese al uso de sistemas de teleformación o la existencia de recopilaciones gratuitas de recursos educativos, porque no se sienten preparados para adaptarse a las nuevas formas de educación existentes en la actualidad, y pretendiese gravar y penalizar el uso de todo aquel sistema que pudiese diferir o retar al modelo clásico de enseñanza.

No se trata de adaptarse o morir, porque quien no vea que el modelo de negocio del que viven y todavía promueven los antes referenciados está más que muerto está inapelablemente ciego. Así que, señores, despierten, y propongan soluciones, en vez de dedicarse a crear más problemas.