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Mezcla de sensaciones en una velada de tarde-noche a la que llegaba bastante cansado. Con todo, la oportunidad de ver a dos grupos de relieve del metal progresivo de una sentada era demasiado tentadora para dejarla pasar.

Sin tener un interés especial por estar en las primeras filas, llegamos al Palacio de Deportes sólo un rato antes de la hora de apertura de puertas y nos colocamos en (lo que más tarde veríamos que era) una de las tres filas para entrar. El paso de los asistentes fue bastante rápido y pudimos situarnos no demasiado lejos del escenario.

Durante una hora larga no hubo otra cosa que hacer que comentar tonterías, escuchar el hilo musical y/o soportar el humo de tabaco en un reciento que está prohibido fumar. Los anuncios por megafonía que recordaban esta prohibición fueron contestados con risas y comentarios por parte de los drogadictos del público que parecían confirmar que el tabaco no sólo le fastidia los pulmones a los demás sino también estropea el cerebro propio. La espera estuvo acompañada también de algún que otro silbido por la tardanza de los teloneros que, por otro lado, entraba dentro de lo previsible.

Llegado el momento, las luces se apagan y comienza a sonar «Oculus Ex Inferni» como introducción de la actuación de Symphony X [wiki]. Llevando tapones el volumen parece algo escaso, sensación que desaparecería al entrar el grupo en el primer tema, «Set The World On Fire» [05m54s]. Claro que, con y sin tapones, si el micro inalámbrico de Russell Allen no funciona, poco se puede hacer para oirlo. Afortunadamente el de repuesto funcionó correctamente y Allen pudo entrar a tiempo en la canción. En la siguiente canción el micrófono «arreglado» le jugó una mala pasada al fallarle al intentar cantar, pero fue reparado con celeridad.

Y ya que estamos, empecemos con los componentes de Symphony X. Jason Rullo hizo un trabajo a la altura de la actuación del resto del grupo, aunque desde donde estaba situado los bajos de su batería se perdían un poco. Michael Lepond es un gran bajo y estuvo a un nivel perfecto durante todo el concierto, tanto de sonido como de talento. A quien le sobra sobra talento por todos los lados es a Michael Romeo: gran control, buen sentido melódico, una técnica impresionante y con mucha comodidad sobre el escenario. Me resultó muy grato que el sonido de los teclados de Michael Pinnella tuviese una presencia moderadamente discreta (aunque seguramente no fue algo planeado), completando la mezcla con un acompañamiento sin estridencias y muy sólido.

Eso sí, el que merece un punto y aparte es Allen. El hombre es un monstruo del escenario, aportando a la actuación no sólo una voz envidiable sino también un buen concepto del entretenimiento. Se mostró en todo momento muy cercano (en todos los sentidos, llegando a bajarse a la zona del público), animado, sonriente y energético. Dirigiéndose al público en las ocasiones necesarias, buscó siempre la reacción de los asistentes con alguna palabra en castellano, gestos muy expresivos e incluso intentó caldear un poco más el ambiente azuzando de forma graciosa el espíritu anti-barcelonista. Seguro que una tal María no lo olvidará, ya que Allen bromeó con ella después de pedirla que hablase por el micrófono y sólo acertase a decir su nombre. Al igual que en su actuación, a la hora de cantar tampoco hizo concesiones. Fue a por todas, sin escabullirse de los registros más complicados y mostrando que está en un estado de forma excepcional. Los aplausos que arrancó en medio de varias canciones estuvieron, a mi parecer, más que justificados.

Finalmente, el setlist sólo tuvo un punto malo: fue demasiado corto. Aparte del tema mencionado, tocaron «Domination» [06m29s] (con esa excelente entrada de bajo), «Serpent’s Kiss» [09m54s] (tema del que han hecho su primer vídeo [04m50s]) y la maravilosa «Paradise Lost» [06m32s]. Tras este repaso a su último disco, tocaron «Inferno (Unleash The Fire)» [05m17s], «Sea Of Lies» y «Of Sins And Shadows» [05m44s], que cerró su concierto.

Por si alguien sigue leyendo esto y todavía no lo tiene claro, diré que Symphony X me encantó. La casi-hora que duró su recital se me hizo muy escasa y espero no tener que esperar otros 5 años para que saquen un nuevo disco y/o se les vuelva a ver de gira por Madrid, preferiblemente como cabezas de cartel, aunque no sea en el Palacio de Deportes. El setlist completo fue:

    Oculus Ex Inferni

  1. Set The World On Fire
  2. Domination
  3. Serpent’s Kiss
  4. Paradise Lost
  5. Inferno (Unleash The Fire)
  6. Sea Of Lies
  7. Of Sins And Shadows

Antes de empezar con Dream Theater [wiki] tengo que aclarar que no son santos de mi devoción. Y tras el concierto menos. Dicho esto, y teniendo siempre presente que estoy dando una opinión personal, vayamos por partes.

Tras una espera razonable acompañada de arreglos instrumentales de distintos temas, empezó a sonar la pieza más reconocible de la banda sonora de Psicosis, tras la que cayó el telón que ocultaba el escenario y se reveló un montaje muy particular. Al fondo, a una buena altura, se proyectaba en una pantalla un vídeo con escenas de los 20 años del grupo americano. Entretanto, se podía ver como la plataforma sobre la que estaba la batería de Mike Portnoy ocupaba gran parte del escenario. A su lado, los teclados de Jordan Rudess se apoyaban sobre unas bases que resultarían ser giratorias, siendo la más llamativa una con forma de mano gigante. Los amplificadores de John Petrucci y John Myung, al igual que la parte frontal del escenario, estaban decorados con grandes hormigas que hacían referencia a la portada de su último disco.

La puesta en escena es realmente buena. La pantalla se utilizó para proyectar animaciones, efectos e imágenes de los distintos músicos en sus momentos de protagonismo. Técnicamente, el concierto fue el más completo que he visto de estas características hasta la fecha. Y hasta aquí llegan los puntos positivos.

Nada más empezar a tocar, se me hace dolorosamente patente que el nivel de los bajos de la batería de Portnoy es excesivo. No sé como sería desde otras zonas del pabellón, pero durante todo el concierto y estando en la pista se podía notar la vibración de cada golpe en todo el cuerpo, ahogando casi por completo el resto del sonido. La primera consecuencia de esto fue que sólo oí a Myung cuando no había nada de batería. La guitarra de Petrucci se conseguía distinguir, y en los solos tenía un nivel capaz de cortar a través del de Portnoy. Por fortuna, Rudess y sus teclados también se salvaron de la quema, al igual que LaBrie, por desgracia.

No sé por qué, pero no me gusta nada la voz de LaBrie. Nunca me ha gustado y sabía que no iba a disfrutar con su actuación, especialmente tras la de Allen. No pasa de ser un gusto personal y tampoco hay que darle más vueltas. Quizá la mayor decepción de la noche fue Petrucci. Nuevamente, aunque las comparaciones sean odiosas, frente a Romeo su forma de tocar se me hizo insulsa. A nivel de técnica no me siento capacitado para criticarlo pero a mí no me impresionó e incluso me llegó a parecer pobre. Como he dicho antes, a Myung ni le oí y, al igual que Petrucci, no dio nada de juego sobre el escenario: estuvieron terriblemente estáticos y concentrados en sus instrumentos. Portnoy me parece un batería excepcional, pero el sonido de los bombos era demasiado molesto para poder apreciar todo su talento, aunque por lo menos dio algo de espectáculo con sus malabares y sus gestos.

En esta ocasión el punto y aparte es para Rudess. Estando anclado a los teclados, aprovechó más de un momento de cámara para hacer gestos al público a través de la proyección, y llegó a ponerse delante de todo el público armado con un Keytar de dos escalas en más de una ocasión. Al menos resultó entretenido verlo en concierto.

La actuación se me hizo muy larga, terminando al filo de la medianoche que diría Carrascal, algo que gustaría a muchos pero que yo no agradecí. Siento decirlo, pero me aburrí. ¿Qué se le va a hacer? Curiosamente, tras el concierto recordaba aproximadamente los temas que tocaron. De todas formas, para ir sobre seguro, me molesté en buscar el setlist completo, según un asistente al concierto:

  1. Constant Motion
  2. Strange Deja Vu
  3. Blind Faith
  4. Surrounded ’07
  5. The Dark Eternal Night
  6. Forsaken
  7. Take the Time
  8. The Spirit Carries On
  9. In the Presence of Enemies
  10. Encore:

  11. Medley: Trial of Tears / Finally Free / Learning to Live / In the Name of God / Octavarium.

Y colorín colorado, este concierto se ha acabado.

12 comentarios.

  1. 1.

    Buff, parrafada, me leo sólo la primera parte, xD, mñn me cuentas la segunda.

    Lo de «…confirmando que no sólo afecta a los pulmones…»

  2. 3.

    Yo sí que me he leído el texto entero… Y me temo que voy a discrepar en algunas cosas.

    De Symphony X no voy a habñar porque sólo tuve ocasión de ver los dos últimos temas… Una lástima.

    De Dream Theater sólo diré que el concierto fue de notable. El sonido sobre todo en el inicio no fue del todo bueno, aunque con el tiempo mejoró algo. La ejecución como siempre perfecta, aunque creo que faltó en el repertorio algo más conocido. Es decir, si te gusta Dream Theater lo amas, y si no lo odias, pero hay algún tema (Pull me Under, Metropolis, Home) que podría haber hecho que el concierto hubiera sido algo más ameno.

    De John Petrucci sólo diré que es excepcional, por supuesto la corriente estilística dista mucho de la vertiente Malmsteen que pueda tener Michael Romeo, pero compositivamente y técnicamente es exquisito.

  3. 5.

    Lamento que te decepcionara el concierto de Dream Theater, como ya te comenté, yo disfruté como una enana cuando los ví. Eso sí, en una cosa te daré la razón y es que el Labrie pega unos berridos a lo loco, sin ton ni son ni afinación, que estropean bastante. Es lo que no me gusta del grupo, que desafina como un cochinillo… :( en mi humilde opinión, claro.

  4. 7.

    Buenas! Lo primero de todo, enhorabuena por el blog. Llevo tiempo siguiéndolo y, quizás por eso, me sorprende más tu opinión!

    Hace años que sigo a las dos bandas, sobretodo a Dream Theater (creo que les he visto ya unas 7 veces en directo). En este sentido, reconozco que mi opinión es algo sesgada.

    A Symphony X les vi hace unos añitos en el Machina y me parecieron increíbles, de lo mejor de todo el festival. Discos como el V, el Divine Wings o el Twilight in Olympus (el primero suyo que escuché) pero parecen magníficos, con una mezcla de épica y técnica muy interesante e intensa. Sobretodo, el V. Russell es uno de los mejores cantantes de la actualidad, Romeo es un gran guitarrista (pelín anclado en Yngwie, pero muy buen compositor), Jason es una máquina (a escala!), así como Mike Lepond y Michael Pinella.

    A partir de ahí, lo poquito que han podido hacer estos por las enfermedades que han sufrido me ha parecido un pelín repetitivo, sin muchas novedades… Siento cierto estancamiento en un sonido duro, con Russell rasgando continuamente la voz… La verdad, me aburre un poco la música que hacen últimamente.

    Y por eso me aburrí bastante en la primera parte del concierto de SX. Hasta que se metieron con temas más antiguos y Russell hizo el chorra, la verdad, lo pasé pelín mal! Lástima que no tuviesen un mejor sonido y juego de luces (hubiera ayudado más).

    Y en cuanto a Dream Theater, pocas pegas les puedo poner. El tema «espectáculo», no va con ellos (quitando a Portnoy, claro!). Cada uno está muy metido en su instrumento, y ahí radica el interés que cada uno genera.

    El sonido desde la zona donde los oí (pista, cerquita del escenario) fue perfecto durante la mayor parte del concierto. Todos los instrumentos se oían a la perfección, y la batería no abrumaba. Supongo que la acústica variaría, y si tú llegaste más tarde que yo, pues sería que atrás se oiría peor.

    Tema James Labrie (el eterno debate). Siempre habrá gente a la que no le guste. Desde mi punto de vista, me parece un gran cantante para esta gran banda, sobretodo por un detalle: ha ido creciendo en cada disco. Cada disco, cada gira, ha mejorado y ha ido mostrando nuevos detalles y facetas. Es un cantante versátil y muy dedicado a lo suyo. Y cantar con esta gente no debe ser nada fácil!

    Petrucci es un gran guitarrista, versátil y con un estilo increíble. En ciertos momentos se extralimita y se pasa con el rollo de tocar 100 notas por segundo, pero bueno, son cosas tolerables desde mi punto de vista.

    El set, quitando el medley (prefiero oir dos canciones enteras), me pareció muy bueno. Las canciones del nuevo disco sonaron fenomenal, y últimamente sus set se componen de los últimos discos. Esto me parece fenomenal. No quisiera que se convertiesen en una máquina de clásicos. Si las nuevas canciones funcionan, el grupo funciona.

    Me encanta escuchar Pull me under, Take the Time, Learning to live, muchas otras de sus primeros discos, pero en dos horas y pico de concierto, de algo tenemos que prescindir!

    Descuida, que si los vas siguiendo en directo, irás viendo más y más cosas en el futuro!

    Ah, y comparar un DVD con un directo… respeto tu opinión, pero vamos, para mi la cosa está muy clara…

    Por otra parte, las dos horas se me pasaron volando. Vamos, que eché de menos las giras anteriores en las que tocaban 3 horas.

    En mi opinión, Dream Theater están en un nivel absolutamente diferente del resto de las bandas en directo.

    Confío en que les des otra oportunidad, y que lo lea en tu blog!!

  5. 9.

    Hola Gonzalo!
    Jeje, yo no sigo tu blog porque lleva un ritmo frenético… chapeau por todo lo que escribes… no se si curras programando o llenando este sitio jeje.

    Yo también fui al concierto…

    El otro guitarra de mi grupo es fan de Petrucci, y al batera le encanta Portnoy… asiq yo estaba bastante cerca del escenario, y la tal «Maria» esa, a tiro de colleja mío jeje.

    Si bien no esq sea muy metalero considero que Dream theatre es una banda con musicos muy buenos a la que al menos hay q ver una vez en la vida… Symphony x no les conocía, porque tiendo más a otros estilos musicales.

    Si hay algo que no debe haber cambiado del palacio de los deportes debe ser su acústica… Además desde mi posición en Symphony X me parecía que el bajo del menda estaba excesivamente alto, de tal manera que al principio la voz era algo en idioma por determinar y el teclado como si lo aporrease mi prima pekeña…no sabia si sonaba casi. El incidente de los micros, como dices… curioso. Luego la cosa mejoro levemente, eso si, los oidos ya caldeaditos. El cantante me parecio muy campechano, dinamico y tb espectacular… mejor que el guitarra, muy encerrado en su estilo y quizas por eso me resulto algo monotono.

    Dream Theatre…
    Petrucci no es, ni por asomo, uno de mis guitarras favoritos… Si kiero ver correr a alguien escucho a Yngwie, que además lo hizo antes que el, y prefiero a otros. Me gusta entender las notas de los solos y sobre todo el feelin… es lo que mas valoro. Con su anfeta debajo de la lengua, Petrucci parece que no puede reprimir sus chorizos tecnicos en los momentos donde más feeling tiene (baladas)… en fin…
    La verdad es que el grupo vende casi más virtuosismo que música y este ultimo disco me parece que es un poco una estrategia de atraer al sector mas heavy a sus filas… No conozco al grupo tanto como para aventurarme mucho asique bueno, lo dejo entre comillas…

    El sonido: coincido contigo q Mike me estaba dejando sordo… llegue a fabrikarme unos taponcillos cutres… pero me filtraban todo salvo Portnoy… Eso si la ejecucion, sin tacha, salvo por las baketas que se le caian a Mike por hacer birguerías, o el asunto Labrie, que estuvo bastante bien esta noche. Aun así sin LaBrie ya no es DT… es raro de explicar… le da un toke peculiar (cuando asume que no es el cantante de metallica como no ha hecho en este ultimo CD). No me escupais todos…

    Conclusion:
    Cuando más disfrute fue en las baladas, sin Petrucci en plan cansino, con feeling, como en «The spirit carries on». Eche de menos un Hollow Years, Endless Sacrifice o Pull me Under…
    A nivel de ejecución y efectos audiovisuales me pareció casi perfecto. Jordan Rudess me parece único y Myung muy disciplinado, sin creerselo tanto como Mike y John, comedido y concentrado en su labor. Son mis favoritos de DT y solo por ver como Rudess se despoyaba con el keytar con (o de, no se) Petrucci en los pikes merecía la pena verle.
    En resumen, 3 horas de concierto de musicos muy virtusosos a un precio muy asekible que merecieron la pena… yo al menos lo pase genial, salvo por el bombo de Mike y el bajo de Symphony… Un notable en general.

    Un saludo Gonza!!

  6. 11.

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