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Habiendo comprado por primera vez una entrada de grada no sabíamos muy bien qué esperar. Se había montado el escenario en el centro del recinto y desde nuestra posición teníamos una buena vista del mismo, con ciertas pegas.

Los primeros en ocupar – con puntualidad – el escenario fueron Mastodon y en ese momento vimos lo desventajoso de nuestra colocación: todo el grupo estaba orientado hacia el lado contrario al que nos encontrábamos. Tomándolo por el lado positivo, tuvimos la oportunidad de apreciar mejor el impresionante trabajo de Brann Dailor a la batería, que además inauguró el repertorio cantando «Oblivion», el primer corte de su último disco, «Crack The Skye».

El sonido al principio no parecía demasiado bueno. Las guitarras de Bill Kelliher y Brent Hinds tenían un sonido un tanto sucio y poco definido, mientras que Troy Sanders pareció tener algunos problemas con su bajo durante la actuación. Las voces de Troy y Brent se podían oír pero eché en falta algo más de claridad en el sonido que nos llegaba a nuestro sitio. Al ir avanzando el concierto la mezcla del sonido mejoró bastante y, de todas maneras, la selección de temas era suficientemente reconocible como para poder seguir el concierto sin problemas.

Me sorprendió que tocasen «Blood and Thunder», de «Leviathan», en segundo lugar. Siendo, a mi entender, su tema más reconocible supuse que lo dejarían para el final de su setlist. Claro que, contando únicamente con treinta minutos, tampoco tenían mucho tiempo habría supuesto una gran diferencia. De hecho, su concierto pasó, a mi gusto, en un abrir y cerrar de ojos y antes de que nos diésemos cuenta ya habían atacado «The Wolf Is Loose» y «Crystall Skull» (de «Blood Mountain») y habían vuelto a su último álbum con el tema homónimo, «Crack The Skye».

Bill se paseó en un par de ocasiones por la parte «trasera» del escenario y Brent y Troy hicieron lo propio en algunos de los momentos que estaban liberados de su atadura al micrófono. Creo que el escenario les vino un poco grande y estoy convencido de que en una sala normal, con una distribución más convencional, su actuación habría resultado mucho más contundente. El tener una ventana de tiempo tan ajustada tampoco les favoreció y, tras los temas citados, sólo pudieron tocar «Iron Tusk» y «March Of The Fire Ants», siendo este último tema el único sacado «Remission» en todo su corto repertorio.

Apenas unos saludos, que fue poco más de lo que pudieron hacer durante el concierto, y el grupo tuvo que desalojar para dar paso a la puesta a punto del escenario para los siguientes músicos. A pesar de todo me dejaron un buen saber de boca y si vuelven en otras condiciones intentaré ir a verles para disfrutar de una actuación suya como es debido.

El trabajo en el escenario se realizó de forma rápida y en el tiempo previsto estaba todo listo para el siguiente grupo.

Para Lamb Of God seguíamos estando a espaldas de la batería con lo que, siguiendo con el mismo enfoque positivo, pudimos apreciar desde un ángulo poco habitual el talento de Chris Adler. Sin embargo, ahora no había pies de micrófonos (ya que Randy Blythe no usa) y sobre el escenario había cuatro alfombras con el nombre del grupo, colocadas hacia cada esquina. Los músicos se repartieron sobre las alfombras mientras sonaba «The Passing» y empezaron el concierto propiamente dicho con «In Your Words».

Todos se movieron bastante, siendo Randy el más activo, y tuvimos ocasión de ver bastante bien algún sólo de Mark Morton y Willie Adler y de apreciar la barba blanca de John Campbell :P . El sonido me seguía pareciendo turbio y muy descompensado. Los bajos tanto de la batería como del bajo no tenían definición y las guitarras no destacaban en los momentos que debían. El micrófono de Randy también habría agradecido algo más de volumen pero puede que todo esto fuese achacable a nuestra posición.

Tampoco hizo que disfrutase mucho menos de temazos como «Set To Fail», que fue el tercer tema de la noche de «Wrath». Randy estuvo bastante comunicativo y pareció agradado de encontrar algunos grupos de personas un poco más alocadas que otras. Por cierto, no quiero ni imaginar el calor que debía hacer en la pista. Donde estábamos nosotros no hacía mucho calor: todavía no había llegado todo el mundo y parecía estar todo bien ventilado. Sin embargo, Randy se echó varia veces agua por la cabeza y la concentración de gente en el gallinero junto con el calor del día me hace suponer que no debió ser un lugar muy cómodo esa tarde.

El repertorio de Lamb Of God también estaba restringido a un tiempo bastante limitado pero tuvieron tiempo de repasar su discografía con temas como «Ruin» de «As The Palaces Burn», «Now You’ve Got Something To Die For» de «Ashes Of The Wake» y «Walk With Me In Hell» de «Sacrament». Randy animó a la gente a corear y cantar, mientras que iba de un lado para otro del escenario, cruzándose con sus compañeros que intentaron cubrir todos los puntos que pudieron. Del último disco tocaron un tema más, «Dead Seeds» (lo que me deja con las ganas de escuchar «Grace» en directo), que precedió a «Laid To Rest».

Hacia el final de la actuación pidieron un aplauso para Mastodon y para los cabezas de cartel de la noche, acompañando el saludo con un par de compases de temas de estos grupos. El concierto lo cerraron con «Redneck» y «Black Label», que es el único tema de «New American Gospel» que cayó, y se llevaron una merecida ovación a su retirada.

La espera para Metallica se hizo más larga de lo esperado. La casi media hora de retraso dio para ver al que parecía ser uno de los vástagos de Lars Ulrich «ayudando» a colocar las hojas del setlist sobre el escenario y para que el público se pusiese a hacer la ola. Hasta el momento el recinto no se había llenado pero a medida que se acercaba al hora programada del comienzo del concierto de Metallica los huecos se fueron rellenando.

Tras la espera se apagaron las luces y comenzó a sonar «The Ecstasy of Gold». La salida de los integrantes del grupo a escena fue recibida con aplausos y gritos y cuando volvieron las luces el concierto empezó con «That Was Just Your Life».

Ahora un pequeño inciso. Sé que es la gira de «Death Magnetic». Sé que están muy contentos con el disco y las ventas y todo lo demás. Ahora bien, hay pocas cosas que justifiquen un repertorio donde hubo seis canciones del último disco, alguna de las cuales pasa de los ocho minutos. Y eso es lo que quería comentar y quitar de en medio antes de seguir con la crónica.

La mejoría en el sonido en comparación con los grupos anteriores se sintió desde el primer momento. La voz de James Hetfield sonaba clara y a un volumen alto, no dejándose comer por la batería de Lars que, para mí, estaba demasiado alta, sobre todo de bajos. El sonido de las guitarras tenía mucho más brillo y definición, algo que se podía notar tanto en la de Kirk Hammett como en la de Hetfield. Quizás el bajo de Robert Trujillo estaba un poco saturado pero de volumen estaba en «lo normal» para los bajos de Metallica: bastante bajo.

Si, a pesar de las carencias, el sonido ya estaba trabajado, donde se notó el dinero invertido fue en la presentación. El primer tema estuvo acompañado de un espectáculo de láseres para los que hubiese cambiado pocos sitios por el nuestro. Y no sería el único truco de la noche. Pero eso lo comento dentro de un par de párrafos. Cada uno de los seis micrófonos que había repartidos por el perímetro del escenario tenía su pequeño programa de luces y por encima del escenario varios operarios manejaban unos focos. Además había cuatro cajas con forma de féretros gigantes de las que colgaban algunas luces y que descendían en algunos momentos para hacer una especie de coreografía entre ellas.

Volviendo al repertorio, el concierto siguió con el último disco, tocando «The End Of The Line». Le siguió «For Whom The Bell Tolls», que fue el primer tema donde se notó que todo el público se sabía al dedillo cómo va la canción, y «Holier Than Thou». Después se retiró el grupo y empezaron las explosiones.

Como viene siendo habitual, «One» llegó acompañado de un espectáculo pirotécnico, con una serie de deflagraciones cuyo calor nos llegó hasta a nosotros y me hizo pensar en los pobres operarios de los focos que estaban sobre el escenario. En este tema se cristalizaron los vicios y virtudes de la Metallica contemporánea: James con su buena voz y sus dejes, Kirk con su saber hacer y sus limitaciones, Trujillo sobrado hasta el desaprovechamiento y Lars que parece que le cuesta seguir el ritmo. Y la pirotecnia. Unas llamaradas que cambiaban de color al compás de la música emergieron en momentos señalados de la zona centro del escenario.

Siguieron con «Broken, Beat And Scarred», dedicada a cada uno de los asistentes, y «Cyanide». Aparte de las dedicatorias (hubo una para los teloneros) Hetfield soltó algunas de sus conocidas frases, preguntó por el último disco y se mostró bastante hablador. También se sintió en la necesidad de resaltar lo heavy de «Sad But True», que fue el siguiente tema del concierto. Dentro de lo que no esperaba escuchar estuvo su verisón de «Turn The Page» a la que siguieron con más temas del último disco, «All Nightmare Long» y «The Day That Never Comes».

Afortunadamente volvieron por derroteros más clásicos con «Master Of Puppets» y «Battery», que animaron la recta final del grueso del concierto. Los sólos de guitarra que Kirk tocó entre temas, tanto a la eléctrica como a la acústica, no me impresionaron demasiado pero les sirvieron a los demás integrantes para descansar unos segundos e incluso para girar la plataforma del centro del escenario sobre la que se asentaba la batería.

El concierto «terminó» con «Nothing Else Matters» y «Enter Sandman» pero no tardaron en volver a salir para acabar propiamente. «Blitzkrieg» fue la otra versión escogida para la noche y, siguiendo con la evocación de los primeros tiempos del grupo, tocaron «Motorbreath» a continuación. El último tema de la noche, para el que James pidió que la gente se quedase sin voz de gritar, fue «Seek & Destroy». El fin de fiesta lo acompañaron con globos hinchables negros con el logotipo del grupo que dejaron caer sobre un público encantado.

Toda la actuación duraría unas dos horas, tras las que el grupo se despidió individualmente con unas pocas palabras y procedió a repartir púas y baquetas entre los cercanos al escenario.

2 comentarios.

  1. 1.

    Tenías que haberte lanzado a por las baquetas! peleándote por ellas con dientes y uñas, jajaj

  2. 2.

    […] Sol pegaba fuerte cuando Mastodon subió al escenario. Habiéndoles visto únicamente una vez y de espaldas como teloneros de Metallica me apetecía ver un concierto suyo apropiadamente. Sin embargo, las condiciones meteorológicas no […]