No se puede decir que sea aficionado a la producción musical patria pero la siguiente pieza es tanto un clásico como una genialidad:
Más de una vez me ha pasado por la cabeza alguna idea que podría conformar una cuarta parte de la canción, como supongo que a muchas personas, pero se requiere un cierto talento para hacerlo. Además, lo mío lo diría completamente en serio.
Por desgracia, esta encarnación de Académica Palanca no se podrá volver a ver tras la muerte de Antonio Sánchez hace seis años:
[…] falleció en Málaga, su ciudad natal, Antonio Sánchez, uno de los miembros (el más alto) del trío humorístico Académica Palanca. Sánchez padecía un cáncer que le tuvo los últimos dos años casi retirado de la actividad musical. Los fans del cantautor Joaquín Sabina le conocerán por otras de sus facetas: fue el primer guitarrista de Sabina (el que aparece en la grabación de La Mandrágora), pero sobre todo pasará a la historia por ser el autor de la música de Pongamos que hablo de Madrid.
A principios de 1980, Sánchez se instaló en Madrid, donde ayudó a musicar piezas a Javier Krahe, con el que participó también como guitarrista y corista. Luego inició una carrera como solista, sin dejar de colaborar en grabaciones como Prefiero la ciudad, de Miguel Vigil, con el que perfiló lo que más tarde sería el grupo Académica Palanca.
