Toda la historia de esta canción resulta interesante, pero hay una pequeña anécdota que había oído y cuyo origen exacto desconocía hasta ahora.
En una entrevista en 1994, el productor Harry Balk contó como su principal interés estaba en el teclista Max Crook, ya que Del Shannon no le convencía tras una experiencia decepcionante en una grabación previa. Con todo, la canción mostraba un gran potencial y siguieron adelante con el proyecto. De nuevo, la voz del cantante no convenció al productor y sugirió a su socio, Irving Micahnik, volver a grabarle. La nueva sesión tampoco produjo un resultado a la altura de las expectativas de los productores, con lo que optaron por otra solución.
Balk y el presidente de Big Top Records, Johnny Beinstock, recurrieron al propietario Bell Sound para que les ayudase y aconsejase. Este había desarrollado una máquina del tamaño de una mesa, que permitiría acelerar o ralentizar las cintas. Esto permitió a Balk acelerar la grabación de las voces del cantante, subiendo su tono de La a Si bemol. La canción se mezcló con ese retoque, no sin un cierto descontento del cantante, y el resto es historia.