A principios de julio del año pasado se lanzó Iron Maiden: Legacy of the Beast, un juego gratuito para móviles. Aunque me di de alta seis meses antes y recibo notificaciones periódicas, el juego llegó en un mal momento y, por razones diversas, no lo he llegado a probar.
Ahora, tal y como comentan en Twitter, han anunciado en Nerdist un cómic basado en ese mismo universo en el que el alma inmortal de Eddie se ha hecho trizas, desperdigadas a lo largo del cosmos. Ahora, Eddie deberá viajar a través del espacio y el tiempo para combatir a las retorcidas legiones de La Bestia, buscar los fragmentos perdidos de su alma y traer el orden a los reinos.
Se publicará a través de Heavy Metal, cuyo director general, Jeff Krelitz, decía: Como fan de toda la vida de Iron Maiden, es un privilegio publicar el primer cómic que otorga una narrativa a su emblemática mascota, Eddie. Cuando discutimos el potencial de juntarnos en este proyecto fue inmediatamente claro que no había mejor hogar para Iron Maiden que Heavy Metal. La historia de casi medio siglo de Heavy Metal bien trabajando, bien lanzando carreras exclusivamente de artistas consumados continúa aquí con el increíble equipo que Iron Maiden tiene trabajando en esta serie.
Escrita por Llexi Leon e Ian Edginton, y dibujado por Kevin J. West, el cómic se estrenará en el Heavy Metal de julio, el número 287.
Lo que no sabía es que Grant Morrison es el redactor jefe de la revista. Ahora mismo no recuerdo haber leído ningún número de la publicación estadounidense, aunque hace tiempo sí curioseé algo del material de la germinal Métal Hurlant.
Después de hacer una pequeña anotación en la entrada del jueves pasado sobre portadas de cómics inspiradas en cubiertas de discos me vino a la cabeza el mítico vídeo de «Take on Me» de a-ha. Mira que he visto este vídeo veces y nunca me había molestado en intentar saber algo más sobre cómo se hizo.
Había hecho un corto llamado Commuter [04m43s] que fue pionero en el uso del estilo de animación de boceto a lápiz que posteriormente usario en el vídeo de Take on Me. Estaba experimentando con la manera de crear impresiones fugaces. Si observas a un cuadro de Turner puedes mirar dentro: el estilo puede que sea impresionista pero todavía se puede ver la realidad. Quería hacer animación que tuviera esa cualidad.
Mi compañera Candace [Reckinger] y yo recibimos una llamada de nuestro distribuidor. «Este hombre en Hollywood quiere una copia gratuita de Commuter,» dijo. «Le he dicho que se vaya al infierno pero, si le queréis llamar, este es su número.» Lo anoté en un trozo de papel y lo guardé en mi cartera. Diez meses más tarde estábamos en Los Ángeles y se nos agotaba el dinero, así que llamé al número y el tipo dijo: «Eh, ¿estáis interesados en hacer un vídeo musical?»
Lo siguiente fue conocer a Jeff Ayeroff en la Warner, el Diáguilev de los vídeos musicales. Tenía un felpudo en la puerta de su oficina que decía: «Amo del Universo.» Dijo: «Tengo una idea — un personaje de cómic cobra vida y se enamora de una chica.» Durante 16 semanas todo lo que hicimos fue dormir y trabajar en el vídeo, yo viviendo en el salón, Candace en la cocina. Hicimos unos 2,000 dibujos.
Nadie había visto nunca algo así. Vimos a mucha gente plagiarlo, año tras año. Una vez paramos a repostar y el expendedor estaba sentado ahí dibujando fotogramas de animación. Yo dije: «¿Qué estás haciendo?» Él dijo: «Oh, estamos copiando el trabajo de este tío — ya sabes, ¿el vídeo de A-ha?»
[…] Michael Patterson hacía rotoscopia en CalArts en 1981, [así que no preguntamos] si Patterson usó el Lyon Lamb Video Rotoscope para «Commuter«. […] CalArts fue uno de los primeros clientes de Lyon Lamb, comprando el LL Video Animation System (VAS) para su programa de animación for their animation program. […]
Resulta que Patterson no había oído hablar del rotoscopio de Lyon Lamb pero había usado el VAS en CalArts. Así que, ¿cómo hizo Patterson «Commuter«? […] ¡Construyó su propio rotoscopio! Menos de dos años después de que el rotoscopio de vídeo fuera inventado, Patterson había construido su propio rotoscopio de película.
Patterson abordó Commuter sabiendo lo que quería conseguir, así que construyó una tabla de dibujo que tenía un espejo en la superficie frontal. Con un proyector de fotogramas individuales bajo la mesa, utilizó un controlador para avanzar la película fotograma a fotograma. Para compensar el reflejo del espejo, que invertía la imagen, pasaba la película en el proyector al revés. […] Era una configuración ingeniosa y él, junto a Candace Reckinger, utilizaría ese mismo rotoscopio para hacer «Take On Me«. […]
Patterson ha tenido la amabilidad de reenviarme fotografías de su rotoscopio en acción — esto durante la producción de “Take On Me” (¡observad los dibujos de prueba en la pared!).