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El título de esta entrada está sacado directamente de un artículo en hypebot titulado Tupac, The Conjuring and How Litigation Meets Fiction: "It’s A True Story…Except For The Part I Made Up", publicado originalmente por Stephen Carlisle en la página de la Universidad de Nova Southeastern (institución ubicada en Davie, Florida, EE.UU.). En dicho texto se mencionan varios casos de autores de textos que describen hechos presentados como reales pero sobre los que quieren ejercer derechos de propiedad intelectual:

Más allá de la cuestión candente de las «noticias falsas», dos polémicas recientes resaltan la importante distinción entre lo que es real y lo que es ficción: es mucho más fácil demandar por infracción de derechos de autor si te lo has inventado.

Primero está la denuncia sobre la serie de películas «The Conjuring» [N. del T.: en España se conocen como «Expediente Warren»]. En esta, el Demandante está denunciando por los supuestos derechos exclusivos para contar la historia de los no-ficticios investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren. Sin embargo, si las historias son verídicas serían hechos e históricos, sobre los que nadie puede reclamar derechos de autor. Para esquivar esto, el Demandante dice ahora que los Warren le «mintieron» sobre sus hazañas. Dado que las historias estarían «inventadas» serían, por tanto, «ficción» y eso haría que los hechos descritos en ellas pudieran estar sujetos a derechos de autor.

[N. del T.: En el parrafo anterior, la fuente de los datos presentados se señala como este artículo de Hollywood Reporter.]

Por los mismos derroteros va la denuncia contra la película biográfica sobre Tupac Shakur, «All Eyez On Me». El Demandante denuncia que la película infringió los derechos de autor de una serie de artículos que escribió sobre el fallecido rapero para la revista Vibe y que fueron publicados en los años 90. De nuevo, tenemos el mismo problema. Si lo que se publicó en Vibe es cierto y fáctico, entonces cualquiera puede utilizar dichos hechos, aunque no la expresión de los mismos [N. del T.: en este caso, los textos]. Así que el Demandante tiene que confesar uno de los mayores tabús del periodismo: «"Aunque parte del contenido de estos artículos es fáctico, algunas porciones del artículo fueron alteradas o embellecidas por el Demandante", dice la denuncia.» En concreto: «"De hecho, el nombre y persona de ‘Nigel’ en la Obra Original fueron creados específicamente por el Demandante sin la autorización o el fomento de Tupac Shakur," escribe el abogado de Powell. "Este personaje ficticio de Nigel era la versión adornada de un personaje real que era central a la narrativa de los artículos del Demandante. Este personaje ficticio fue copiado y pegado en la película del Demandado para hacer el mismo personaje y papel esencial en la Obra Infractora que hizo en la Obra Original".

[N. del T.: En el parrafo anterior, la fuente de los datos y los textos citados se señala como este otro artículo, también de Hollywood Reporter.]

Bueno, este es un conveniente juego de «te pillé».

Especialmente en el caso de «The Conjuring». La mayor parte o el mayor atractivo de la película es que los eventos son «ajustados a los hechos» y «ocurrieron realmente». Así que, ¿es permisible presentar claramente los hechos de la historia como «verídicos» pero, cuando alguien copia estos hechos, saltar y decir «Es una historia verdadera, menos las partes que me inventé»?

El bloque anterior es una traducción del principio del texto de Stephen Carlisle, que recomiendo leer si se quiere saber un poco más sobre estos casos y algunos que otros similares.

Imagen de la película «All Eyez On Me» vista aquí.

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Paul Butterfield Blues Band - Driftin' Blues (Monterey 1967) []

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No recuerdo como llegué a la entrada en LifeHacker preguntando cuál es el mejor álbum para tener en vinilo. Yo sigo sin haber caído en ese mundo, por suerte para mi bolsillo, y de momento seguiré en las mismas, especialmente si es cierto que la calidad de las nuevas ediciones deja que desear. Tampoco es que me sorprendiese, dado que la situación de las guerras del volumen no parece haber mejorado, aunque es de esperar que haya excepciones como la que parece ser Third Man Records, la discográfica de Jack White que Adam Savage visitó (y disfrutó) recientemente.

Así que la cuestión principal del artículo no es que me llamase mucho la atención, pero me llevó a una reseña en Sploid que tenía un GIF similar a este:

Vista microscópica de una simulación de reproducción de un disco de vinilo.

Esta sacado de un vídeo donde se explica cómo se capturaron las imágenes [09m40s] para crear la animación anterior (adelanto, a intervalos de 50μm) de hace un par de años que me recordó a las imágenes de un vinilo y aguja bajo un aumento de 1000×. Merece la pena verlo entero.

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Anathema Sleepless Live at Rock City, Nottingham 1993) []

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Una de las cosas que he podido ver con calma en las semanas pasadas ha sido la charla sobre la creación de la banda sonora de DOOM en GDC 2017 que Mick Gordon dio el 1 de marzo pasado:

Una mirada detallada al proceso de composición, las técnicas de producción y las filosofías creativas tras la infernal banda sonora para la cuarta entrega de la franquicia seminal de los FPS, «DOOM».

El compositor Mick Gordon («Killer Instinct», «Wolfenstein: The New Order», «Need for Speed») [habló] sobre cómo crear una banda sonora para un FPS moderno de alta intensidad que ocupe un lugar descaradamente central, atraiga a los fans y se mantenga fiel a la franquicia.

Cubriendo [temas como] diseño sonoro musical, técnicas de síntesis, aproximación a la composición, música interactiva, mezcla, trabajo remoto y generación de ideas, Mick [charló] sobre los detalles tras la creación de una banda sonora agresiva que engancha al jugador al tiempo que apoya el juego.

La charla se puede ver desde hace unos días también en YouTube con el título DOOM: Behind the Music [01h00m56s] y resulta interesante y entretenida, incluso para un profano en la materia como yo. Gran parte del mérito es el entusiasmo de Gordon al hablar del tema, pero también la abundancia de detalles curiosos para la relativa corta duración de la presentación.

Para empezar está la cadena de efectos que montó para crear los sonidos a partir de señales sinusoidales, cuyo esquema se puede ver en el vídeo anterior:

Esquema de la cadena de efectos montada por Mick Gordon para crear los sonidos de DOOM.

Una de las razones para montar este monstruo fue la instrucción de id Software de no usar guitarras. Otra fue buscar una forma distinta de producir sonidos, empeño que le llevó a rememorar lo que le gustaba de Doom 3. El juego contaba con una pista producida por Chris Vrenna, uno de los miembros originales de Nine Inch Nails. Esto le hizo recordar que NIN salieron de gira con David Bowie, lo que a su vez le condujo a recapitular una anécdota sobre la grabación de «Heroes» y el ingenio del ingeniero Tony Visconti. Resulta curioso, al menos para mí, cómo esto inspiró el diseño del sistema esbozado por el esquema anterior.

También me resulta curioso conocer cómo consiguió saltar la «prohibición» del uso de guitarras experimentando con MORPH de Zynaptiq (previamente diseñado por la liquidada Prosoniq), algo que cuenta en el último tercio de su presentación. El software mezcla sonidos de una manera similar a la técnica de transferencia de estilos aunque aparentemente no se utiliza este método, si se hace caso a la respuesta de Zynaptiq al comentario de Alex J. Champandard en twitter. Sea como sea, Gordon lo utilizó para mezclar el sonido de una guitarra de nueve cuerdas con el de la motosierra del juego.

El instrumento en cuestión era una Schecter Damien Platinum-9 que acabó dando a un amigo suyo en un grupo «heavy». No sé es si este amigo suyo podría ser Matt Halpern de Periphery, con quien contó para tocar partes de la banda sonora del juego en directo para la edición de 2016 de The Game Awards [04m21s] acompañados de Sascha Dikiciyan (Sonic Mayhem). Lo que sí sé es que en dicha actuación llevaba una Mayones Regius 8 negra que también utilizó en el proceso creativo junto a una Ernie Ball Music Man JP7, por lo que dice él mismo en esta entrevista para Origin Effects.

Las guitarras se pueden ver en acción en el mini-documental de dos vídeos también titulado DOOM: Behind the Music [07m35s] que ponía el año pasado por aquí, hablando del mensaje oculto en la banda sonora de DOOM. Ese es otro tema que también toca en su presentación, señalando que hay otro mensaje oculto en la banda sonora del que nadie se hizo eco. Los que quieran saber de qué se trata pueden saltar directamente al minuto 43 del vídeo.

Por último, por si alguien no ha tenido oportunidad de disfrutar el resultado final de todo lo que cuenta en la charla, se puede escuchar la banda sonora completa de DOOM en YouTube [02h08m13s].