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Normalmente en TicketMaster suele poner los horarios de los distintos grupos para las entradas que venden. Al no saber quiénes actuaban de teloneros, el sábado por la tarde se me ocurrió mirar a ver si conocía a alguno y, para mí sorpresa, me topé con que el concierto había cambiado de sala y de horario. Tanto la web del recinto que figuraba en mi entrada (sala Live!) como la nueva sala (sala Heineken) tenían el concierto en sus calendarios, así que intenté llamar para confirmar el cambio pero no puede contactar con nadie.

Salí de casa para plantarme en la sala Heineken a la hora que indicaban de apertura de puertas y vi que, efectivamente, ahí iba a tener lugar el concierto. En el exterior no había apenas gente y me gustó que en el control de la entrada usasen lectores de códigos de barras en lugar de romper el ticket. Habiendo llegado con tiempo me planteé ponerme a pie de escenario pero preferí sentarme delante de la mesa de mezclas, como suelo hacer, y esperar tranquilamente. Al principio la sala no estaba muy llena y, por desgracia, el primer grupo lo disfrutó más bien poca gente.

De los noruegos Svölk no conocía nada, salvo el vídeo [05m47s] que me dio tiempo a ver antes de salir para el concierto y tenía curiosidad por verlos. Definiéndose a sí mismos como «the founding fathers of true Norwegian Bear Metal» en mi cabeza los catalogaría como stoner rock, lo que suponía un agradable contrapunto a la tónica más dura del resto de la jornada.

A mí me gustaron bastante y la media hora que actuaron me resultó muy entretenida. La sala Heineken no destaca por su acústica pero desde mi posición el sonido era bueno, aunque las guitarras estaban un pelín descompensadas y los solos apenas pude oírlos. Las voces corrían a cargo del bajista y uno de los guitarristas y se fueron rotando por los tres micrófonos que había sobre el escenario sin que el sonido perdiese calidad. Los graves estaban bien medidos, no dejando que el bajo se perdiese en la mezcla ni la saturase y haciendo que los bombos de la batería no arrollasen al resto del sonido.

La actitud de los músicos sobre el escenario fue inmejorable, teniendo en cuenta la papeleta de iniciar los festejos con un público que quizás no tenía mucho interés por su estilo de música. A pesar de esto los chavales estuvieron entregados (llegando a bajarse alguno de ellos del escenario), buscando la participación del público y agradeciendo cuando la gente participaba en las canciones. De su repertorio se me escaparon algunos temas pero recuerdo que empezaron el concierto con «Sweet Agony» seguido de «Miss Alcohol» y podría señalar «52» y una mezcla de «Overload» y «Anchor» dentro del conjunto de canciones que tocaron. Su actuación terminó con «End Of Days» y por mi parte se llevaron un merecido aplauso.

Tras un cambio rápido de equipo y una breve prueba de sonido empezó el concierto de Sworn Amongst un poco por sorpresa. De nuevo, salvo por un vídeo suelto que había visto en Internet, no tenía ninguna referencia del grupo más allá de su estilo musical. A grandes rasgos, estos ingleses tocan un thrash duro, con voces agresivas y ritmos acelerados en temas no especialmente cortos y adornados de solos bastante rápidos.

Todo su concierto estuvo bastante acelerado. Empezaron con «Exploited» y, casi sin pausa, empezaron a atacar los siguientes temas. Sí es cierto que el cantante se paró en dos o tres ocasiones para dirigirse al público y decir lo contentos que estaban de volver a España después de la gira que hicieron hace un par de años con Gama Bomb y Bonded By Blood. La actitud fue correcta y el grupo estuvo bastante activo sobre el escenario.

En esta ocasión el sonido no me pareció tan bueno. Yo notaba una subida del volumen en casi todos los instrumentos, que empujó el nivel de la mezcla un poco por encima de lo que mi oído tolera. Con los tapones no tenía molestias pero notaba el sonido algo saturado, lo que hizo que perdiese un poco la definición en los distintos temas. Podía apreciar el bajo únicamente en las partes más agudas y las guitarras se confundían en algunos momentos, pudiendo distinguir únicamente los ritmos y no las melodías. La voz se podía oír moderadamente bien pero únicamente los gritos que cortaban a través del resto de instrumentos se escuchaban con claridad.

Con todo, temas como «Darkness» o «The Rules Of Engagement» se pudieron distinguir bastante bien. Quizás el mayor perjudicado fue el guitarrista con los solos. A pesar de demostrar una más que evidente buena técnica (con una tendencia a abusar un poco del pedal de wah), su guitarra a veces no se diferenciaba bien en los momentos que tenía que destacar por encima del resto de instrumentos.

En algo más de treinta minutos alcanzaron su último tema, «Severance», y se despidieron no sin antes invitar a la gente a echarle un ojo a sus mercaderías y quizás tomarse algo con ellos. Nada más salir de escena se empezó a despejar el escenario.

Un mural con el nombre del grupo tras las pilas de monitores y la plataforma de la batería adornaba el fondo del recinto cuando Annihilator empezó su esperado concierto, poco antes de las nueve y media. Con la sala ya llena, el repertorio lo abrió «Ambush» y el público se entregó a Jeff Waters en cuanto éste pisó el escenario. Este canadiense sabe hacerse querer y desde un primer momento sacó su mejor cara y todo su talento para intentar llevarse de calle a los asistentes.

Parte de su encanto radica en que parece que se lo está pasando bien al tocar. A pesar de las dificultades que tuvo con las guitarras su gesto no se torció en ningún momento, dedicando más de una expresión graciosa a los asistentes mientras arrasaba con su virtuosismo y precisión. Se movió de un lado al otro del escenario, siempre intentando provocar la mejor reacción posible del público, bajándose incluso en un momento para tocar con la gente casi literalmente encima.

Y el hecho de tener buenos temas también ayuda a tener un público entregado. Del disco Metal tocaron «Clown Parade» para seguirla de «Plasma Zombies». Para este tema Waters se armó de una guitarra tipo Flying V con LEDs a lo largo del mástil y parte del cuerpo que utilizaría en otros temas también, cambiando entre los colores azul y rojo de las luces. El primer clásico de la cita fue «King Of The Kill», coreado por casi todo el mundo, que continuaron con «Betrayed», del último disco.

El concierto bajó algo de ritmo con «The Box» y «Hell Is A War» pero se recuperó rápidamente con «Ultra-Motion». A estas alturas quedaba patente por qué Jeff Waters había escogido a los músicos que le acompañaban para ir de gira. Tanto el batería como el bajo se mostraron muy sólidos en sus interpretaciones de los distintos temas y no puedo señalar ningún momento en que sus actuaciones chocasen o chirriasen. Sólo hubo una ocasión en la que al baterista tuvo un desliz mínimo pero nada que empañase un trabajo bien hecho.

Caso aparte es Dave Padden quien, después de varios años a las ordenes de Jeff, no tiene que demostrar nada. Su labor a la guitarra al igual que con la voz está a la altura del jefe de grupo, y eso es mucho decir.

Jeff Waters también cantó en más de un tema. De hecho no parecía que hubiese nada que le incomodase o no le gustase sobre el escenario, salvo la iluminación. Llegó a pedir que, al menos durante un tema, se mantuviese la iluminación de la sala para poder ver al público y llegó a parar el inicio de una canción para darle la instrucción explícita al técnico de que no tocase las luces y se fuese tranquilamente a tomar una cerveza.

El concierto adquirió un paso considerable al llegar a clásicos como «Set The World On Fire» y «Welcome To Your Death». A esta altura el sonido estaba todo lo afinado que era posible. Había empezado bien y a lo largo de la actuación noté algunos ajustes mínimos. La mezcla era buena, sin perder los sonidos individuales de cada instrumento. El bajo se podía escuchar algo menos en algunas partes pero el nivel era aceptable, la batería no prevalecía sobre las otras piezas y las guitarras se oyeron con claridad en todo momento mientras que los micrófonos también tuvieron un buen volumen tanto para las voces principales como para los coros.

Tras ver en directo «The Trend» y la facilidad con la que Waters ataca las partes más complicadas del comienzo del tema, y disfrutar de «The Fun Palace», el grupo salió del escenario. Por supuesto, el concierto no estaba terminado pero sí que iba a tener otro cambio de marcha. Sobre las tablas y bajo los focos se colocarían tres sillas. En ellas se sentarían Jeff Waters con una guitarra, Dave Padden únicamente con un micrófono y Alberto Campuzano con su bajo. Dave se mostró molesto con un asistente (al que se dirigió y señaló) que debió insultar de alguna manera al cantante y le dedicó los siguientes temas. Las versiones pseudo-acústicas y mezcladas de «Phoenix Rising» y «Sounds Good To Me» sonaron de maravilla, con acompañamiento del público, y se merecieron los aplausos que se llevaron. Me cuesta imaginar que alguien viese algún fallo en la actuación de Padden.

Para encauzar el final del concierto optaron por «21» y «Phantasmagoria», «un tema escrito en el 84», según el propio Waters, quien mencionó agradecido los veintiún años que llevaba viniendo de gira por Europa. El colofón lo pusieron con los primeros temas de su primer disco, «Crystal Ann» y «Alison Hell». Por desgracia, la hora y media de la que disponían antes de tener que abandonar la sala y cederla como espacio de discoteca había concluido. Si vuelven por estos lares habrá que repetir, porque yo me quedo con ganas de más.

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Ya que al día siguiente del concierto de Blind Guardian iré al de Annihilator y que ayer puse un vídeo de los alemanes tenía la idea de poner algún vídeo de «Imperiled Eyes», que es un tema impresionante y que creo que tampoco entrará en el repertorio en esta ocasión. Sin embargo, me topé con este vídeo y no me puedo resistir a ponerlo, aunque sólo sea por ver Jeff Waters con veintiún años menos:

Annihilator - Alison Hell [OFFICIAL VIDEO] []

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Dentro de poco espero poder volver a ver a Annihilator, en el concierto que den en Madrid de su gira Total Annihilation Tour 2010. Coincidiendo con esta serie de actuaciones Earache Records ha puesto a la venta nuevas ediciones de algunos discos del grupo de Jeff Waters y, para promocionar todo esto, han puesto a disposición de quien lo quiera una selección de temas de dichos discos:

Earache Records is releasing six classic albums from ANNIHILATOR’s back-catalogue as part of the «Total Annihilation» campaign, and to celebrate, the label is offering a completely free download-only compilation album featuring fourteen killer tracks.

La descarga de los 14 temas en formato MP3 a 320kpbs sólo requiere una dirección de correo electrónico y merece la pena, a pesar de que no incluye algunos clásicos de la discografía de Annihilator.

Algo parecido (pero mucho más atrevido) habían hecho antes en la misma compañía, ofreciendo para descargar también de forma gratuita el último disco de Gama Bomb, cuyo concierto de hoy me voy a perder, por desgracia, al igual que el de Gizmo en Costello Club. Espero que haya otras ocasiones.

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Segundo día de festival, con un cartel más a mi gusto.

Habíamos decidido acercarnos a ver Annihilator a pesar del calor y no nos arrepentimos. El Sol brillaba contra el escenario y una máquina echaba agua al suelo para intentar evitar, sin mucho éxito, que se levantase tanto polvo. En esas condiciones tanto el grupo como el público tendríamos que sufrir un poco pero, a la postre, mereció la pena.

Antes de salir al escenario se pudo ver a Dave Padden tras los Hughes & Kettner que tenían sobre el escenario. También se pudo ver como se paseaban las Epiphone Annihilation-V de Jeff Waters pero no fue hasta que el grupo salió al escenario que el público reaccionó. El concierto comenzó con «The Box» y un sonido bueno. Mi temor era que la batería fuese la indeseada protagonista otra vez pero por lo general estaba bien equilibrada dentro del sonido del grupo. De hecho, estaba todo a un buen nivel, al menos desde donde lo escuchamos nosotros, aunque un pelín más de volumen en la guitarra de Waters durante los solos no hubiese hecho daño. El bajo se escuchaba muy bien y tanto la voz como la guitarra de Padden se distinguían bien en la mezcla.

A pesar de lo reducido del concierto todo el grupo pudo lucirse en mayor o menor medida. Los que más brillaron, desde mi punto de vista, fueron Padden y Waters. El cantante acompañó perfectamente con su guitarra al mismo tiempo que no fallaba ni un registro vocal en las canciones. En las pocas palabras que pudo cruzar con el público estuvo correcto, mencionando el calor que hacía, y durante la actuación estuvo bastante activo, teniendo en cuenta que estaba ligado al micrófono. Jeff Waters fue divertido, con gestos y saludos al público, y su forma de tocar resulta espectacular por la aparente facilidad con la que hace todo. En el concierto no recuerdo oírle fallar en ningún punto, incluso en los momentos más complicados.

El repertorio fue una muestra necesariamente corta de la discografía del grupo. Tocaron «Ambush» y «King Of The Kill» (presentada por el propio Waters) antes de «Ultra-Motion». A pesar de lo reducido de su tiempo consiguieron colocar clásicos como «Set The World On Fire» y «Fun Palace». Del último disco tocaron «The Trend», qué resultó ser el previo a «Alison Hell» y el final del concierto. Si tengo la oportunidad de volver a verlos con un repertorio más amplio me apuntaré sin dudarlo.

Tras la actuación de Annihilator decidimos irnos del festival para volver más tarde, refrescados y descansados.

Soufly eran los siguientes que queríamos ver. Habiendo visto a Sepultura y a Cavalera Conspiracy tenía interés por ver como es el grupo de Max Cavalera en directo pero tampoco me iba a pegar por verlo especialmente cerca. Así que nos planificamos para llegar más o menos justos al comienzo de la actuación en el segundo escenario y verlo desde un sitio cómodo, lejos del Wall Of Death que Max organizó en medio del concierto.

A su hora se colocaron sobre las tablas Cavalera y cía. y empezaron un concierto que no creo que defraudase a los aficionados del grupo. Desde donde estaba el sonido era bueno, aunque supongo que la gente más cercana no estaría escuchando mucho más que el bombo de la batería. La guitarra de Max sí estaba algo baja pero tanto el bajista como la guitarra de Marc Rizzo cubrían de sobra el sonido de los distintos temas.

El repertorio incluyó «Blood Fire War Hate», «Prophecy», «Back To The Primitive» y «Seek ‘N’ Strike». La primera versión de Sepultura fue «Refuse/Resist», con Igor Cavalera (el hijo de Max, no el hermano) a la batería. Fue un espectáculo bastante familiar, ya que Richie Cavalera había salido anteriormente. También hubo un momento para el recuerdo, cuando tocaron los primeros compases de «Walk» de Pantera.

Hubo dos versiones más de Sepultura, «Attitude» y «Roots Bloody Roots». Esta última fue la penúltima del concierto, que cerraron con una mezcla de «Jumpthefuckup» y «Eye For An Eye». Si no recuerdo mal, el repertorio incluyó cuatro temas más «Unleash», «Bloodbath & Beyond», «Porrada » y «L.O.T.M.» pero no sabría concretar ahora mismo el orden. De todas maneras, antes de terminar el concierto ya teníamos la cabeza puesta en colocarnos en un sitio decente para el siguiente, en el escenario grande.

Alice In Chains es un grupo que mi hermano tenía bastante más interés en ver que yo. Nunca me llamaron especialmente la atención y, aunque recientemente había estado escuchando bastante «Facelift», «Dirt» y «Jar Of Flies», no me resultaban tan interesantes como otros grupos en el cartel.

Puedo decir siendo totalmente sincero que su directo me gustó más que los discos. Puede que no sea algo espectacular pero el concierto estuvo bastante bien. El sonido fue bueno (a una cierta distancia) y las canciones, a pesar de no reconocer muchas de ellas, no estuvieron mal. Si acaso en algún momento pecaron en exceso de lentos pero poca más crítica les puedo hacer. No he escuchado su último disco y no sé nada del «nuevo» cantante (lleva ya unos cinco años con ellos, ¿no?) pero me pareció que lo hacía bien. Para mí el mayor protagonismo lo tiene ahora Jerry Cantrell pero no veo que eso perjudique a la actuación en directo del grupo.

Dada la hora, durante su concierto se fue haciendo de noche, lo que dio un ligero respiro del calor agobiante sufrido durante el día y también empezó a dar un poco más de trabajo a la gente de luces. Respecto a esto Jerry comentó que era su último concierto de la gira europea y que le gustaría dedicar un aplauso a la gente que trabajaba para ellos y había hecho posible cada concierto. Me pareció un buen detalle, que otros tendrían que imitar.

El concierto empezó con «Them Bones», seguido de «Dam That River», que fueron de las pocas que reconocí a la primera, junto con las dos últimas «Would?» y «Rooster». El setlist completo se puede ver en setlist.fm: «Them Bones», «Dam That River», «Rain When I Die», «A Looking In View», «Check My Brain», «Again», «It Ain’t Like That», «Acid Bubble», «We Die Young», «Man in a box», «Would?» y «Rooster».

Cuando terminó la actuación nos dirigimos rápidos a buscar un buen sitio para el siguiente concierto, que sí despertaba en mí un mayor interés.

A veces se me olvida cuánto me gusta Megadeth. Afortunadamente sólo tengo que ir a un concierto suyo para recordarlo. Incluso si el sonido frente a la mesa de mezclas es pésimo, con los bombos de la batería aniquilando cualquier rastro de otro sonido, las guitarras a unos volúmenes irrisorios, el bajo desaparecido en combate y la voz totalmente inestable.

Supongo que debí haberme movido para buscar un sitio con mejor acústica pero me lo estaba pasando demasiado bien donde estaba como para moverme. Mustaine y sus chicos, con Ellefson reincorporado a las filas, presentaron un concierto con más de una sorpresa agradable y sobre todo mucho talento. Drover realiza un trabajo cada vez mejor a la batería, seis años después de su incorporación al grupo. A Ellefson apenas le escuché pero pude verle muy activo durante todo el concierto. Broderick es un auténtico monstruo a la guitarra y punto. Dave, que es un guitarrista espectacular, no podría haber conseguido un mejor compañero a la guitarra.

El repertorio estuvo muy centrado en los temas antiguos. Para empezar pudimos disfrutar de «Wake Up Dead» seguido de «In My Darkest Hour». Evidentemente tampoco iba a dejar de lado su trabajo más reciente así que en el concierto también se escuchó «Headcrusher» para que, a continuación, tocasen una canción que Mustaine compuso «hace unos 20 años»: «Holy Wars… The Punishment Due». La siguió de «Hangar 18» pero, para nuestra desgracia, no tocaron el Rust In Peace entero. Sí escuchamos «Poison Was The Cure» y «Tornado of Souls» antes de pasar a «Trust», que fue coreada con ganas. Incorporaron «Angry Again», que no recuerdo haber escuchado en directo, y no faltó «A Tout Le Monde», para que el público pudiese volver a cantar. «Sweating Bullets» y «Symphony Of Destruction» se añadieron a la lista de clásicos que nos estaban regalando.

Si tengo que señalar algo que me gustaste menos, aparte del sonido, sería la inclusión de «She-Wolf», que nunca me ha convencido. En cualquier caso a continuación tocaron «Peace Sells» para injertar, en medio de la canción, «Mechanix». Un reprise del final de «Holy Wars» firmó el final del concierto. La hora escasa que duró la acuación se me hizo corta, hasta el punto de quedarme un rato mientras el grupo se despedía y la mayor parte de la gente corría a ver a los cabeza de cartel en el escenario principal.

Rammstein presentaron un concierto similar al que hicieron en Madrid a finales del año pasado pero recortado y con alguna variación (en esta ocasión pude escuchar «Du Riechst So Gut», por ejemplo). A pesar de conocer todas las sorpresas programadas en el espectáculo volví a disfrutar del concierto de los germanos. Aparte de repetir que me parece que Rammstein monta un espectáculo digno de ver, en esta ocasión voy a ser algo vago y voy a limitarme a señalar a la crónica del concierto en el Palacio de los Deportes del 10 de noviembre de 2009 por si alguien quiere saber qué puede esperar si va a verlos en directo.

Las actuaciones del festival se cerraban con Meshuggah, cuyo concierto me apetecía mucho ver.

Empezaron poco antes de la hora prevista e incluso así se veía menos gente que en otros conciertos. Quizás siendo conscientes de lo complicada de su posición los suecos dieron un buen recital de lo que mejor saben hacer. A pesar de las quejas de varias personas de falta de volumen a mí me pareció que el sonido estaba perfecto. Los músicos se oían con claridad y así se mantuvo durante todo el concierto. Por mencionar algo negativo antes de seguir, lo peor fue soportar las luces parpadeando hacia el público durante determinados momentos. Con todo, bastaba con mirar hacia otro lado un rato y tampoco pasaba nada.

La actitud del grupo fue inmejorable. Durante las canciones se les notaba darlo todo en cada ritmo y cada nota. Entre tema y tema Jens Kidman no se marcó grandes discursos pero sí que picó al público lo que pudo, llegando a decir que era «deaf… retarded and probably gay» para animar a la gente a gritar y que él lo oyese.

El repertorio me dejó bastante contento. Salieron con fuerza con «Combustion», para seguirlo de una de mis favoritas, «Rational Gaze». De su último trabajo tocaron también «Electric Red» y «Bleed», que resultó tan impresionante como en el disco. «Stengah» fue un paréntesis antes de volver a los temas del «obZen» con «Lethargica» y la genial «Pravus». El concierto terminó oficiosamente con «Sane» y «Straws Pulled At Random», aunque al cabo de un rato volvieron para cerrarlo definitivamente con «Future Breed Machine». Lástima que no nos regalasen también la Campfire Version de ese temazo :P .