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Recordaba una carta de Hellen Keller describiendo cómo había disfrutado una interpretación de la Sinfonía n.º 9 de Beethoven al leer unos extractos de una entrevista que Corinna da Fonseca-Wollheim hizo a Gabriela Lena Frank, compositora y pianista [que] nació con una pérdida de audición neurosensorial alta-moderada/casi-profunda, en el New York Times:

Desde que era una niña pequeña me ha fascinado cómo la sordera afectó a Beethoven. […] La progresión a lo largo de las sonatas —un documento musical de su pérdida auditiva en transición— no es ni por asomo perfectamente linear, pero es innegable. […] Creo que también es fascinante que, a medida que las manos de Beethoven se estiraban buscando notas más altas y bajas, pidiera pianos con notas adicionales, elongando el rango de frecuencias del teclado; pidió instrumentos físicamente más pesados que resonaran con más vibración.

Partiendo del axioma que la pérdida de la capacidad de oír influyó en la música de Beethoven, la compositora se pregunta si es una exageración decir que los compositores posteriores, en su gran mayoría oyentes, vieron su forma de entender la música conformada por dicha «estética sorda».

Estatua de Ludwig van Beethoven en Bonn, por Ernst Julius Hähnel. Fuente: Wikimedia.

Me parece una reflexión muy interesante y me gustaría pensar que se podría aplicar a otros campos relacionados con la música, aparte de la acústica. Por ejemplo, hablando de mecánica, habría que considerar en qué medida las composiciones de Django Reinhardt derivan de no poder utilizar los dedos anular y meñique de su mano izquierda, tras quemarse en un incendio. O, hablando de óptica, como la ceguera de Joaquín Rodrigo, al que mencioné en referencia a su uso del braille, le llevó a componer sin ayuda visual.

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Dicen por ahí que Beethoven preparaba su café con exactamente 60 granos molidos. Aunque lo he visto repetido en multitud de sitios, como en Fact Fiend, he sido incapaz de localizar el origen de esa cifra tan exacta.

Existe una reseña del biógrafo Theodor von Frimmel-Traisenau titulada Beethoven und die Kaffeemaschine que probablemente hace referencia a este texto que Beethoven escribió sobre su cafetera, disponible haciendo una búsqueda en el archivo digital de la Beethoven-Haus de Bonn, pero dicha fuente no menciona las cantidades que consumía.

Según galería de retratos de Beethoven del profesor de química emérito Oliver Seely, la Edición del Bicentenario de Deutsche Grammophon Gesellschaft dedicada a Ludwig Van Beethoven dice que la expresión de los ojos del compositor en el retrato realizado por Ferdinand Schimon se debe a que estuvo trabajando en ellos cuando Beethoven le había invitado a una taza de café de «sesenta granos». Parece que el profesor saca esta información de un texto de Alessandra Comini titulado «The changing image of Beethoven: a study in mythmaking».

Más allá de no poder verificar estas referencias y que, en cualquier caso, parecen hablar de algo anecdótico más que habitual, puede que la fuente de estos datos tampoco sea de fiar. De acuerdo con la información sobre este retrato del archivo de la Beethoven-Haus:

El grado en el que estos datos se corresponden con hechos históricos no está muy claro a día de hoy. El nombre de Ferdinand Schimon aparece diversas instancias de los libros de conversaciones de Beethoven, al igual que el retrato [mencionado], pero [dichas citas] son —como la investigación musical reciente ha demostrado— falsificaciones posteriores de Anton Schindler. Dado que el cuadro de Schimon estuvo posteriormente en la posesión de Schindler parece razonable suponer que Schindler intentó hacer que el retrato pareciese especialmente auténtico y, por tanto, incrementar su valor.

Lo único que me ha quedado claro es que Beethoven alguna vez tomó café, que no creo que sea una gran revelación. Tampoco sé si le entusiasmaba tanto como a Bach, quien compuso la Cantata de Café.

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El otro día me topé en la web de la BBC con la siguiente cita de Douglas Adams, de The Salmon of Doubt (supuestamente, yo no lo he leído):

Beethoven tells you what it’s like to be Beethoven and Mozart tells you what it’s like to be human. Bach tells you what it’s like to be the universe.

En la entrada de la Wikipedia de Douglas Adams no he encontrado nada de este interés suyo por la música clásica, así que he seguido buceando en los archivos de la BBC hasta toparme con esta entrevista con Adams para la serie Desert Island Discs de la BBC Radio 4 emitida a principios de febrero de 1994. En ella habla un poco de su infancia, hace una selección de piezas de música (fundamentalmente clásica) e incluso menciona su colaboración con Ken Follett en el grupo The Hard Covers, del que tampoco se habla en la Wikipedia pero se puede ver mencionado, por ejemplo, en la página 285 de «The Frood: The Authorised and Very Official History of Douglas Adams» de Jem Roberts.

Fotografía de Douglas Adams que acompaña a su entrevista en Desert Island Discs.

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Beethoven – 6ª Sinfonía (Leonard Bernstein) []

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Beethoven – Sonata para piano n.º 21 "Waldstein" (Daniel Barenboim) []