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En el verano de 2019 Gibson denunció a Dean por el supuesto uso fraudulento de una de sus marcas registradas, acusándolos a efectos prácticos de estar haciendo falsificaciones. Dejé un apunte sobre el tema hablando de las marcas registradas de Gibson pero reconozco que no he seguido el tema de cerca. Estos últimos días he visto alguna que otra mención a dicho conflicto judicial por el paso de Dave Mustaine de Dean a Gibson.

No habiendo probado ninguna guitarra con la firma de Mustaine (ni Dean ni Jackson) ni tampoco una V de Gibson, no puedo opinar sobre qué supone el cambio respecto a la calidad de los instrumentos. De todas formas, parece que en estos momentos la información sobre estos modelos es bastante escasa. De hecho, lo máximo que he conseguido encontrar son algunas fotos en Loudwire:

La Kramer es la que más llama mi atención, probablemente en gran parte por el acabado natural. Tengo una cierta curiosidad por saber qué precios pondrán a estos instrumentos y a sus variantes Epiphone, si es que las hacen. Gibson tiene fama de hacer guitarras caras pero me pregunto si alguna llegará a costar lo mismo que la Dean Dave Mustaine VMNT Holy Grail.

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En marzo del año pasado hablaba de unos diseños de Gibson, entre ellos el de la Flying V. En la imagen promocional que recogía entonces se puede ver que el diseño tenía número 181867 de patente en los EE.UU. que, si se consulta en Google, se puede ver que está fechada el 7 de enero de 1958. Deseando hacer lo mismo en Europa, la empresa solicitó una patente en la EUIPO (la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea) el 16 de junio de 2010 sobre la siguiente marca tridimensional aplicada a tres categorías (aparatos e instrumentación; instrumentos musicales; y ropa, calzado y sombrerería):

Marca tridimensional aumentada a partir de esta con Bigjpg para la que Gibson solicitó una patente en la EUIPO en 2010.

Aunque en primera instancia se les concedió, Hans-Peter Wilfer, propietario de Warwick y Framus, solicitó su impugnación en lo referente a instrumentos musicales. En 2016, la sección de cancelaciones de la EUIPO atendió esta solicitud y falló a favor de Wilfer, alegando que el solicitante [de registro] no estableció el caracter distintivo adquirido por dicha marca en la Unión Europea. Gibson apeló en 2018 y perdió, tras lo que llevó su apelación al Tribunal General de la UE.

Un panel de tres jueces ha desestimado esta segunda apelación, obligando a Gibson a pagar las costas del proceso. En su fallo del 28 de junio de 2019, la corte declara que a pesar de que la forma de la Flying V era muy original cuando salió al mercado en 1958, [el solicitante (Gibson)] no puede negar la evolución del mercado durante los 50 años posteriores, caracterizado en adelante por la disponibilidad de una amplia variedad de formas […] La originalidad de la forma debe ser evaluada a la luz de la situación del mercado tomando como punto de partida la fecha de la solicitud […]

En esa línea, señalan que la presencia en el mercado de un número significativo de formas con las que se encuentran los consumidores hace improbable que vayan a considerar una forma determinada como perteneciente a un fabricante específico, sino más bien que sea una de las varias formas que caracterizan al mercado. El amplio espectro de formas con una apariencia original […] ya presente en el mercado limita la probabilidad de que una forma en concreto sea considerada como un caso aparte de las normas predominantes en dicho mercado y, por lo tanto, de que sean identificadas por los consumidores exclusivamente en base a su especificidad o su originalidad.

Con todo, Gibson tiene una colección considerable de solicitudes de patente en la EUIPO, entre las que se pueden encontrar al menos esta y esta referentes a la Flying V en la categoría de instrumentos musicales de cuerda. Y nada hace pensar que vayan a dejar perseguir agresivamente esta línea tras la re-estructuración actometida a raíz de su declaración de quiebra para solicitar la protección de bancarrota del año pasado.

Al menos esa es la impresión que transmite el vídeo ahora retirado de YouTube pero conservado en reddit de Mark Agnesi, Director de Experiencia de Marca de Gibson [03m39s], en el que le dice a los otros fabricantes que «han sido avisados» y que la gente de Gibson esta ahí «para proteger [su] legado emblemático en los diseños que [han] creado a lo largo de generaciones».

No sé nada de este señor, ni de quién fue el responsable de realizar y publicar el vídeo. Puede que fuera idea suya —por lo poco que entiendo de su cargo, cae directamente bajo su competencia y sería el máximo responsable— o que haya tenido que hacerlo por indicación de sus superiores a instancias de otras personas. Lo que sí sé es que el mensaje no fue muy bien recibido y, es de suponer, por ello lo retiraron al poco tiempo.

Algunas personas no tardaron en señalar que el mismo protagonista del vídeo no disimulaba su aprecio por una Ibanez Rocket Roll [02m33s]. Él mismo cuenta como a finales de los 70 Ibanez imitó los diseños de Gibson con lo que se conocen como las lawsuit guitars (guitarras de pleito).

Esta mención es pertinente a todo lo anterior porque, hasta donde he podido ver, el apelativo deriva de la denuncia que Gibson hizo sobre la copia del diseño del clavijero. Al menos así es como lo señalan en Soundfly y en Jazz Guitar Online. Creo que es igualmente relevante que el caso se cerrara con un acuerdo fuera de los tribunales. De hecho, en denuncias similares más recientes contra otros fabricantes (Fernandes y PRS) los procesos han acabado dando la razón a los demandados. Ya se verá que pasa con su denuncia contra Dean.

Independientemente de la legitimidad de estas acciones legales, no creo que sea muy positivo para la marca reconocer que lo que pueden aportar como fabricante de guitarras hoy en día está enfocado a litigar sobre diseños de hace sesenta años.

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Otra guitarra que apareció en el último NAMM fue la USA Dave Mustaine VMNT Holy Grail:

Si bien se podría decir que patrón sobre «rojo sangre» la relaciona tangencialmente con la ESP sanguinolenta de Holt/Castiglia del otro día, la particularidad de esta guitarra es el recubrimiento artesano en pan de oro de 24 kilates. Viene acompañada de maleta, certificado de autenticidad y un cáliz grabado conmemorando la iconografía que inspiró esta guitarra — aparentemente, en un viaje reciente a Jerusalén, […] Dave Mustaine se asombró con los iconos de la antigüedad. Fabricarán 33, en honor a los 33 años de Megadeth.

No sé si catalogar este modelo como gimmick, con perdón por el anglicismo. Por alguna razón el resultado final no acaba de convencerme. Supongo que dependerá de gustos. Tampoco entro a valorar si vale los $10442,22 $6995,00 que cuesta pero me parece un exceso, por muy «coleccionable» que sea, en la línea de otros modelos limitados como los de las guitarras de Uli Jon Roth.

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El otro día comentaba sobre la decoración de la Annihilation II Flying V de Jeff Waters y recordé (aunque me ha costado desenterrarla de mis enlaces guardados) una reseña en Guitar-Muse sobre guitarras decoradas como si tuvieran salpicaduras de sangre.

Una de ellas es la Washburn Murder Weapon V que se puede ver en Photobucket y usaba Scott Ian hasta que la subastó:

Y parece que no voy a poder evitar mencionar más guitarras Dean porque las de Michael Amott, el guitarrista de Carcass y Arch Enemy (entre otros grupos), tienen una decoración similar. Es el caso de la Tyrant X Splatter:

La última es de la edición limitada del modelo, aunque la decoración parece similar.

Por casualidad, tanto la de Jeff Waters del otro día como estas dos son del tipo Flying V. Quizás en otro momento busque alguna más con otra forma.

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El año pasado apareció Rob Scallon por aquí. Podría haberlo mencionado muchas más veces porque su canal de YouTube está plagado de joyas, aparte de ser muy entretenido. Una de esas maravillas es su versión al ukelele de «Cowboys From Hell» [03m51s], motivada por la disponibilidad en el mercado de algo que anunciaban en GearGods en enero, el Dean Ukelele ML (disponible también con acabado de pícea):

Al igual que otros inventos probados por el señor Scallon, como las púas gordas, tendría curiosidad por probar/tener uno de estos instrumentos. Aunque menos versátil, resultaría más fácil de conseguir que el combo mandolina + ukelele que veía el año pasado. El precio me parece un poco excesivo para mi presupuesto pero, después de ver lo que cuestan las guitarras de Uli Jon Roth, uno ya está curado de espanto.

Además, lo que realmente me gustaría es aprender a tocar es «Say No More» de Humble Pie [02m17s] y esa canción usa otro tipo de ukelele. Pero bueno, siempre puedo intentar tocar la versión al ukelele de «War Ensemble» de Rob Scallon.