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Al final del apunte con el que empezaba la semana había una referencia a una entrada de hace unos años donde, a su vez, señalaba un artículo lleno de ocurrencias sobre las propiedades acústicas de aplicar φ en la construcción de espacios de grabación. Me parece una idea tan válida como cualquier otra, literalmente. Tiene el mismo valor que especular, por ejemplo, si disfrazarse de pirata para tocar el piano mejora su sonido. Para que tuvieran algo de sustancia deberían estar acompañadas de trabajos que las respaldaran, y pudieran ser replicados y evaluados de manera independiente. Lo malo es que dicho trabajo requiere (oh, sorpresa) trabajo.

Y es lo que no les quedó más remedio que hacer a Brian F.G. Katz y Antoine Weber del Institut Jean Le Rond d’Alembert de la Sorbona cuando se propusieron realizar un estudio de la acústica de Notre-Dame antes y después del fuego de 2019, como adelanta el título:

La catedral de Notre-Dame de Paris está entre los espacios de culto más conocidos del mundo. Su gran volumen, en combinación con una construcción de piedra relativamente desnuda y suelos de mármol, da lugar a tiempos de reverberación bastante largos. […] A pesar de la notoriedad de este espacio, hay pocos ejemplos de datos publicados sobre sus parámetros acústicos y estos datos no concuerdan. Las comparaciones entre [datos recogidos en 1987 y datos recogidos en 2015] muestran una ligera pero significativa disminución en tiempo de reverberación (8%) […] Se realizaron medidas en las obras, 1 año después del fuego. Comparando con los datos del 2015, el tiempo de reverberación decreció significativamente (20%).

Resumen de los tiempos medios de reverberación de los receptores, curva de decaimiento de ejemplo y análisis de volumen emparejado, (a) Tiempo de reverberación medio (T20) de micrófonos omnidireccionales con barras de error estándar. Los resultados de 20202 muestran los referentes a estimulos de barrido (S1) y disparos de fuentes de impulsos (S2, posiciones de grabación 1–5); (b) Ejemplo de decaimientos de RIC filtrada por bandas de octava, normalizado, truncado SNR optimizado, conjunto de datos de estímulos de barrido de 2020; (c) Distribuciones de análisis de decaimiento de doble-pendiente de banda de 500 Hz-octava mostrando timepos de reverberación Tempranos [Early] y Tardíos [Late], y el tiempo relativo (BPt) y el nivel (BPdB) del punto de inflexión identificado en las curvas de decaimiento de RIC. Los diagramas de caja mellados muestran la mediana, con intervalo de confianza de 95%, los percentiles 25.º y 75.º del rango de datos.

Un comentario en Hacker News , que es como llegué al artículo, dice que una de las fuentes de datos, referida [en el documento] como “un proyecto de realidad virtual”, implicó tomar medidas del edificio en gran detalle para Assassin’s Creed y, además, aporta como referencia una noticia de The Guardian sobre la contribución de 500000€ de Ubisoft Montréal para la restauración de la catedral. O me he perdido algo o este dato se lo ha sacado de la manga: en el estudio dicen que en 2015 se llevó a cabo una sesión de medidas para un proyecto de realidad virtual mientras que la noticia dice que el estudio reconstruyó el Paris del siglo XVIII en su juego de acción histórico de 2014 Assassin’s Creed Unity. No he probado ese juego, quizás porque dedico más tiempo a hablar de videojuegos que ha jugarlos, pero leyendo sobre el trabajo invertido en recrear el Paris de 1789 siento curiosidad.

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Técnicamente, debería haber puesto «estudiando la vocalización de los cuervos» pero no voy a ser el único con reticencias a tergiversar un estudio para sacar la conclusión que apetezca. La cuestión es que llego, una vez más vía Hacker News, a un estudio titulado Volitional control of vocalizations in corvid songbirds, del que ofrezco una traducción de un extracto de su resumen:

[…] No está claro si los pájaros cantores pueden controlar conscientemente su salida vocal. En este estudio mostramos que los cuervos, aves cantoras de la familia de los córvidos, pueden ser entrenados para ejercer control sobre sus vocalizaciones. […] Los resultados demuestran que los córvidos pueden controlar a voluntad [sus] vocalizaciones, sugiriendo que las vocalizaciones de las aves cantoras están bajo control consciente y pueden desacoplarse de estados afectivos.

Aunque el estudio se realizó con cornejas negras (Corvus corone), lo primero que me ha venido a la cabeza es la mención al Corvus corax en «Ace Ventura, operación África». Es un poco triste que más tarde me haya acordado de «The Raven» pero es innegable que he visto más veces esa película que leído el poema. Claro que, si hablamos de películas, podría haber tenido más presente «El cuervo». En fin, que mi cabeza funciona como funciona.

Ilustración esquemática del montaje y la tarea (A) La cornejas negras fueron entrenadas en una cámara operante. Podían comenzar la prueba poniendo su cabeza en una posición circunscrita delante del monitor de estimulación (que estaba controlada por una barrera de luz infrarroja). El monitor presentaba estímulos visuales. Cuando se producía una vocalización correcta, las cornejas eran recompensadas automáticamente por un comedero colocado bajo la pantalla que presentaba la tarea. Las vocalizaciones eran grabadas y analizadas en línea por un detector vocal. La presentación de estímulos y el control del comportamiento se consiguió con un PC de control. (B) La tarea de deteción visual con vocalizaciones como respuesta. Una vez posicionados las cornejas en frente del monitor de estumulación, aparecía un cuadrado blanco que indicaba el periodo de espera variable. En el 80% de los casos, una señal de «adelante» (cuadrado azul; valores RGB: 0, 0, 204) aparecía para indicar a la corneja que vocalizase para obtener una recompensa. En el 20% de los casos restantes (pruebas trampa), el cuadrado blanco se mantenía después de expirar el periodo de espera, y a la corneja se le requería que se abstuviera de vocalizar.

A pesar de ser la última persona indicada para dar recomendaciones a la hora de progresar con cualquier habilidad musical, me atrevo a sugerir que, una vez les hayan enseñado a cantar, pueden dejarles que toquen la guitarra también, y les recomiendo que exploten el aparente gusto de los pájaros por el bluegrass.

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El otro día me topé con un documento de la Universidad de Ciencias y Tecnología de Hong Kong cuyo resumen señalaba la siguiente conclusión:

Los resultados mostraron que la compresión MP3 reforzaba características emocionales neutrales y negativas […] y debilitaban las […] positivas.

Número de diferencias significativas entre los sonidos originales y comprimidos.

El estudio expuso a veinte personas al sonido de ocho instrumentos distintos produciendo una nota sostenida próxima a Mi bemol (311.127Hz), con diferentes grados de compresión, y les pidió que catalogaran sus distintas respuestas emocionales en base a un conjunto predefinido de etiquetas.

Dentro de la misma institución, los artículos de Ronald Mo parecen tener un tinte similar, y todos caen en el conjunto de publicaciones académicas de Andrew Horner. Me hicieron recordar a los «fantasmas» de la compresión que mencioné hace unos años.

Con todo, lo más curioso fue leer la valoración de la conveniencia de un modelo determinado de casco por su comodidad. Nunca se me habría ocurrido utilizar los artículos académicos como fuente de recomendaciones.

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Según este artículo aprobado en PNAS en 2014 al que llego ahora vía hypebot:

El entorno auditorio contiene normalmente varias fuentes de sonido que se solapan en el tiempo y el sistema auditorio analiza la onda de sonido completa como flujos o voces que representan las distintas fuentes. Curiosamente, la melodía principal (información espectral/tonal) la acarrea habitualmente la voz más aguda, mientras que el ritmo (base temporal) se suele llevar con la voz más grave.

Trabajos anteriores que utlizaron electroencefalografía (EEG) demostraron que la corteza auditiva registra el tono con más robustez en la más aguda de dos tonos o melodías simultáneas, y el trabajo de modelado indicó que esta superioridad de la voz aguda para el tono tiene su origen en la periferia sensorial. Aquí, hemos investigado la base neural de acarrear información de sincronización rítmica en las voces de tonos graves.

Presentamos tonos agudos y graves simultáneamente en un flujo isócrono, presentando a veces el tono agudo o el tono grave 50 ms antes de lo esperado y manteniendo el otro tono en el tiempo esperado. Grabaciones EEG revelaron que las respuestas negativas a la discrepancia era mayor en las desviaciones de sincronía en los tonos graves, indicando mejor registro de sincronía de tonos graves frente a tonos agudos a nivel de la corteza auditiva.

Una tarea de comportamiento motriz reveló que la sincronización percusiva [siguiendo el ritmo con la mano] estaba más influenciada por el flujo de tono más grave. Resultados de un modelo biológico plausible de la periferia auditoria sugieren que las dinámicas cocleares no lineales contribuyen al efecto observado. El efecto de superioridad de la voz grave para registrar la sincronía explica la práctica musical habitual de llevar el ritmo con instrumentos con rangos en los graves, y complementa los efectos de superioridad de las voces agudas para tono y melodía previamente establecidos.

Representación de las dos condiciones experimentales EEG. En la versión de la condición desviada de dos voces, el estándar (80% de los casos) consistían en tonos de piano agudos y graves simultáneos [frecuencias fundamentales de 196 Hz (Sol3) and 466.2 Hz (Si♭4)]; las desviaciones consistían en presentar aleatoriamente uno de los tonos 50 ms antes de lo esperado (un 10% de los casos el tono agudo y un 10% el tono grave). En la condición de control de dos voces, sólo se presentaban los estímulos con tono agudo prematuro y tono grave prematuro, ocurriendo cada caso un 50% de las veces.

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Leo en un artículo en Skynet & Ebert descubierto vía Hacker News:

Tras sesenta años de estudio llegamos al sentido común: a medida que la gente se hace mayor deja de mantenerse al día de la música popular. Ya sea porque las obligaciones de paternidad y carreras dejan menos tiempo a la cultura popular, o simplemente porque han sucumbido al «congelamiento del gusto», a partir de una cierta edad los fans de la música aparentemente llegan a un punto donde sus gustos han «madurado».

En el artículo describen cómo, utilizando datos usuarios estadounidenses de Spotify y enriqueciéndolos con la información de Echo Nest, llegaron a datos representables de la siguiente manera:

The Coolness Spiral of Death: Currently-popular artists lie in the center of a circle, with decreasing popularity represented by each larger ring. As users get older, they “age out” of mainstream music.

Los datos obtenidos son curiosos, aunque no sorprendentes, y merece la pena echarles un ojo.