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En el verano de 2019 Gibson denunció a Dean por el supuesto uso fraudulento de una de sus marcas registradas, acusándolos a efectos prácticos de estar haciendo falsificaciones. Dejé un apunte sobre el tema hablando de las marcas registradas de Gibson pero reconozco que no he seguido el tema de cerca. Estos últimos días he visto alguna que otra mención a dicho conflicto judicial por el paso de Dave Mustaine de Dean a Gibson.

No habiendo probado ninguna guitarra con la firma de Mustaine (ni Dean ni Jackson) ni tampoco una V de Gibson, no puedo opinar sobre qué supone el cambio respecto a la calidad de los instrumentos. De todas formas, parece que en estos momentos la información sobre estos modelos es bastante escasa. De hecho, lo máximo que he conseguido encontrar son algunas fotos en Loudwire:

La Kramer es la que más llama mi atención, probablemente en gran parte por el acabado natural. Tengo una cierta curiosidad por saber qué precios pondrán a estos instrumentos y a sus variantes Epiphone, si es que las hacen. Gibson tiene fama de hacer guitarras caras pero me pregunto si alguna llegará a costar lo mismo que la Dean Dave Mustaine VMNT Holy Grail.

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Fotografía de Nancy Wilson tocando una Gibson Flying V con Heart en el Oakland Coliseum Stadium, el 4 de julio de 1981. Fuente: Pinterest. Créditos: Clayton Call/Redferns.

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En marzo del año pasado hablaba de unos diseños de Gibson, entre ellos el de la Flying V. En la imagen promocional que recogía entonces se puede ver que el diseño tenía número 181867 de patente en los EE.UU. que, si se consulta en Google, se puede ver que está fechada el 7 de enero de 1958. Deseando hacer lo mismo en Europa, la empresa solicitó una patente en la EUIPO (la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea) el 16 de junio de 2010 sobre la siguiente marca tridimensional aplicada a tres categorías (aparatos e instrumentación; instrumentos musicales; y ropa, calzado y sombrerería):

Marca tridimensional aumentada a partir de esta con Bigjpg para la que Gibson solicitó una patente en la EUIPO en 2010.

Aunque en primera instancia se les concedió, Hans-Peter Wilfer, propietario de Warwick y Framus, solicitó su impugnación en lo referente a instrumentos musicales. En 2016, la sección de cancelaciones de la EUIPO atendió esta solicitud y falló a favor de Wilfer, alegando que el solicitante [de registro] no estableció el caracter distintivo adquirido por dicha marca en la Unión Europea. Gibson apeló en 2018 y perdió, tras lo que llevó su apelación al Tribunal General de la UE.

Un panel de tres jueces ha desestimado esta segunda apelación, obligando a Gibson a pagar las costas del proceso. En su fallo del 28 de junio de 2019, la corte declara que a pesar de que la forma de la Flying V era muy original cuando salió al mercado en 1958, [el solicitante (Gibson)] no puede negar la evolución del mercado durante los 50 años posteriores, caracterizado en adelante por la disponibilidad de una amplia variedad de formas […] La originalidad de la forma debe ser evaluada a la luz de la situación del mercado tomando como punto de partida la fecha de la solicitud […]

En esa línea, señalan que la presencia en el mercado de un número significativo de formas con las que se encuentran los consumidores hace improbable que vayan a considerar una forma determinada como perteneciente a un fabricante específico, sino más bien que sea una de las varias formas que caracterizan al mercado. El amplio espectro de formas con una apariencia original […] ya presente en el mercado limita la probabilidad de que una forma en concreto sea considerada como un caso aparte de las normas predominantes en dicho mercado y, por lo tanto, de que sean identificadas por los consumidores exclusivamente en base a su especificidad o su originalidad.

Con todo, Gibson tiene una colección considerable de solicitudes de patente en la EUIPO, entre las que se pueden encontrar al menos esta y esta referentes a la Flying V en la categoría de instrumentos musicales de cuerda. Y nada hace pensar que vayan a dejar perseguir agresivamente esta línea tras la re-estructuración actometida a raíz de su declaración de quiebra para solicitar la protección de bancarrota del año pasado.

Al menos esa es la impresión que transmite el vídeo ahora retirado de YouTube pero conservado en reddit de Mark Agnesi, Director de Experiencia de Marca de Gibson [03m39s], en el que le dice a los otros fabricantes que «han sido avisados» y que la gente de Gibson esta ahí «para proteger [su] legado emblemático en los diseños que [han] creado a lo largo de generaciones».

No sé nada de este señor, ni de quién fue el responsable de realizar y publicar el vídeo. Puede que fuera idea suya —por lo poco que entiendo de su cargo, cae directamente bajo su competencia y sería el máximo responsable— o que haya tenido que hacerlo por indicación de sus superiores a instancias de otras personas. Lo que sí sé es que el mensaje no fue muy bien recibido y, es de suponer, por ello lo retiraron al poco tiempo.

Algunas personas no tardaron en señalar que el mismo protagonista del vídeo no disimulaba su aprecio por una Ibanez Rocket Roll [02m33s]. Él mismo cuenta como a finales de los 70 Ibanez imitó los diseños de Gibson con lo que se conocen como las lawsuit guitars (guitarras de pleito).

Esta mención es pertinente a todo lo anterior porque, hasta donde he podido ver, el apelativo deriva de la denuncia que Gibson hizo sobre la copia del diseño del clavijero. Al menos así es como lo señalan en Soundfly y en Jazz Guitar Online. Creo que es igualmente relevante que el caso se cerrara con un acuerdo fuera de los tribunales. De hecho, en denuncias similares más recientes contra otros fabricantes (Fernandes y PRS) los procesos han acabado dando la razón a los demandados. Ya se verá que pasa con su denuncia contra Dean.

Independientemente de la legitimidad de estas acciones legales, no creo que sea muy positivo para la marca reconocer que lo que pueden aportar como fabricante de guitarras hoy en día está enfocado a litigar sobre diseños de hace sesenta años.

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Al principio de la entrada del otro día sobre la Lzzy Hale Explorer Dark mencioné otro de los modelos que Gibson ha presentado este año, la Modern Flying V. Leyendo opiniones como la de Glenn Fricker transcrita en Ultimate-Guitar.com, se puede decir que algunas reacciones no han sido muy positivas. No siempre estoy de acuerdo con el ingeniero de sonido canadiense, como cuando comentó sobre el «privilegio femenino» en la música, y su papel de cascarrabias a veces actúa en detrimento de los argumentos que quiere hacer. Eso no quiere decir que no pueda tener razón, y hay precedentes históricos tanto a favor como en contra del futuro éxito de la guitarra.

Gibson Modern Flying V negra (SKU MDVEBPBN1).

El primero lo cuentan en un interesante artículo de Tony Bacon en Reverb. Hace sesenta años, alrededor de marzo de 1958, Gibson incorporó a su catálogo una guitarra que habían anunciado en noviembre del año anterior en la Gibson Gazette: la Flying V. Con un precio de $247.50, igual que una Les Paul Standard y que equivaldrían a unos $2100 en 2018 debido a la inflación, duplicaba los $120 que costaba la Les Paul Junior pero quedaba muy por debajo de los $700 de la Super 400 CES.

Presentación de la Flying V en el catálogo de Gibson de 1958.

El diseño había corrido a cargo de Seth Lover, quién propuso otros dos modelos: la Explorer, cuyos prototipos iniciales hoy en día se conocen como Futura, y la Moderne, que no se llegó a fabricar hasta 1982. Gibson denominó a esta colección las guitarras Modernistas. El resultado fue catastrófico en términos de ventas iniciales:

A lo largo de 1958, Gibson despachó un total de sólo 81 Flying Vs. Esa cifra palidece en comparación con las de los modelos del fabricante más exitosos (e inevitablemente más económicos) en ese año, que fueron la ES-125 (1528 unidades) y la Les Paul Junior (2408 unidades).

Algunas guitarras tuvieron peores ventas que la V [en 1958]. Por ejemplo, la costosa Super 400 CES (30 unidades) o la Explorer […] (19 unidades). En 1959, Gibson vendió únicamente 17 unidades de la V y sólo tres Explorers — y, se miren como se miren, estas cifras señalan un colapso casi completo en el interés por estas chocantes nuevas guitarras.

El modelo se dejó de fabricar en 1959. Evidentemente, ese no fue el final de la historia y se podría decir que tampoco es el principio de la misma. La guitarra sí que tuvo usuarios desde el primer momento.

El más precoz quizás fuera Lonnie Mack quien, según cuenta en el blog de Disc Makers, tenía antepasados nativos americanos [,] se enganchó con el diseño en forma de flecha de la guitarra por representaciones que vio incluso antes de que la guitarra fuera fabricada. La suya fue la séptima guitarra que salió de la cadena de producción, que mandó equipar con un trémolo Bigsby a la tienda de música de Glenn Hughes en Cincinnati. Como dato curioso, es el uso del Bigsby por parte de Mack en su álbum The Wham of That Memphis Man y en la canción «Wham!» la que le dio a la «barra de whammy» su apodo.

Sin embargo, se podría argumentar que el más famoso fue Albert King. Ya fuera porque le era más fácil de dar la vuelta para tocar como zurdo o por cualquier otra razón, los instrumentos que ahora son propiedad de Steven Seagal son una de las señas más reconocibles del guitarrista.

Las Flying V volvieron a fabricarse a partir de 1967, con todo tipo de variantes. Una de ellas es la protagonista de la segunda historia, que cuentan en The Music Zoo y cuentan lo que el lutier Tim Wilson pudo rememorar con Mike Johnson sobre una de las ideas de Perrino.

A mediados de los noventa, Charles Perrino era el director de marketing de Jackson/Charvel. También tenía mucho interés por los temas relacionados con la ciencia ficción y los alienígenas. Un día le describió a su asistente, Mike Johnson, un sueño que había tenido de una «guitarra futurista flotando en el espacio exterior». Como rememora Johnson con el lutier Tim Wilson, Perrino le contó la idea sin un diseño específico y el asistente, quien acababa de conseguir Autocad en su ordenador, se puso manos a la obra.

El cuerpo ahuecado de aluminio, cuya forma recuerda casualmente a la insignia de la Flota Estelar, fue equipado con una pastilla de Tom Holmes porque «la tenían por ahí[,] tenía una cubierta de níquel [y] pensaron que el aspecto molaba», una única perilla en forma de ovni y un puente Gotoh Tune-O-matic. El cuello era de arce y el diapasón de ébano con decoraciones reminiscentes de círculos en cultivos realizadas por Dwight England de Custom Inlay. El clavijero de aluminio, a juego con el cuerpo, llevaba clavijas LSR. De acuerdo con los registros de Jackson, la primera Roswell (RSWL-1) se completó en diciembre de 1995 y se mostró en el NAMM show de enero de 1996.

Lo que iba a ser una pieza de expositor despertó un cierto interés y acabaron fabricando más, en lotes de unos quince o veinte, hasta un total de 123 guitarras de aluminio incluyendo la que llevaron a NAMM. Los cuerpos y los clavijeros eran fabricados por CNC por una compañía llamada Numericon en el Valle de San Fernando, y después eran sometidos a procesos de raspado y anodización. Hacia el final de lo que sería la producción de esta guitarra empezaron a hacerlas de madera, de las que hay diecinueve entradas en el registro de Jackson, incluyendo variantes en la forma y en los acabados. La última listada se registró en enero de 1998.

Recreación de una Jackson Roswell Rhoads.

Desconocía el origen de la guitarra y, por lo que cuentan, le dieron una a Marty Friedman, aunque yo recuerdo haberla visto en el vídeo de «Freak» de Silverchair [03m48s].

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Gibson ha empezó el año dando algún que otro paso cuestionado en algunos círculos. Su decisión de no participar en NAMM 2018 sorprendió, para bien y para mal, casi tanto como el diseño de la Modern Flying V, un modelo de $4499 de la línea Custom que presentaron oficialmente en el CES. No digo que la guitarra no lo valga, sólo que a mí no me llama especialmente la atención. Entre sus modelos con diseños más convencionales, la semana pasada anunciaron la Lzzy Hale Explorer Dark, con un precio de «sólo» $2299.

El cuerpo es de caoba con un acabado brillante de laca de nitrocelulosa y bordes de siete capas. El cuello también es de caoba y tiene un perfil estilo Slim Taper que asumo será del tipo 30/60 que describen en este foro. El diapasón tiene un radio de 12” (≈305mm) y es de Richlite, un material compuesto por celulosa y resina fenólica que (supongo) será similar al del diapasón de la Epiphone Jeff Waters Annihilation II Flying V, con una anchura que va desde las 1.695” (≈43.1mm) de la cejilla de Tektoid (grafito) negro hasta las 2.260” (≈57.4mm), 22 trastes criogénicamente tratados de tamaño medio y decoraciones rectangulares de nácar. La juntura entre diapasón y mástil es de una capa negra que cubre el borde de los trastes. El hueco para el ajuste del alma de la guitarra tiene una cubierta con la firma de la cantante y guitarrista.

La escala es de 24.75” (628.65mm), y los calibres de las cuerdas son .009”, .011”, .016”, .026”, .036” y .046”. Las clavijas son Locking Mini Grovers con botones negros mientras que el puente es un Tone-O-Matic con stopbar, todo de aluminio aunque el acabado es dorado, igual que el del golpeador, las cubiertas tanto de las pastillas '57 Classic (cuello) y '57 Classic Plus (puente) como del jack y el de las dos perillas de volumen y la de tono. El selector de pastillas tiene la punta negra.

Y como una imagen vale más que mil palabras, he aquí unas cuantas fotos promocionales:

Gibson Lzzy Hale Explorer Dark (SKU DXLZ18EBGH1).

Viendo que el vídeo de presentación con Hale [02m08s] no da más detalles de la guitarra me cuesta defenderla frente a otras, incluso ciñéndome al mismo fabricante. Por ejemplo, la Explorer Elite cuesta $550 menos y, por las especificaciones, las únicas diferencias son que el diapasón es de granadillo cocido con decoraciones acrílicas, el cuerpo es de color cereza envejecido y el golpeador es blanco. Las pastillas son distintas, unas Burstbucker 2 y 3 que en estos momentos no sirven en su tienda oficial, pero su precio es normalmente el mismo que las '57 Classic en todos los puntos de venta donde las he encontrado. Según se puede leer en en la página de Gibson, la diferencia entre unas y otras se reduce fundamentalmente a que las bobinas de las Classic están equilibradas y las Burstbucker no.

Mirando entradas anteriores, la última vez que me fijé en una Gibson era por la persona que la estaba usando más que por la guitarra en sí: recientemente en el concierto de Metallica y hace un par de años hablando de pornografía con guitarras. No creo que sea indicativo de nada más que mis preferencias y perspectivas, pero ahí queda.