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Creo que el último proyecto de guitarra artesana que comenté por aquí fue la LEGOcaster que mencioné el año pasado. Desde entonces he seguido viendo construcciones con toda clase de material y distintos diseños, sin dejar de sorprenderme por la originalidad, el ingenio y/o la locura de la gente. De entre todas, la que viene a continuación quizás no sea la más extravagante pero me llamó la atención al verla en una reseña de hace unos meses de gearnews.com:

Guitarra de hormigón construida por Johnny Brooke (Crafted Workshop). Fuente: YouTube [].

Por alguna razón el enlace se había quedado enterrado entre otros apuntes y se me pasó publicar una entrada en su momento. El resultado me gusta, la textura del hormigón le da un toque brutalista interesante, pero los casi 9 kg que pesa deben hacer que tocarla sea un ejercicio en sí mismo. Sería apropiado tocar música para hacer ejercicio con ella.

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Hace poco mi lista de instrumentos deseados aumentaba con la aparación de la Ibanez Fireman morada de Paul Gilbert. Como con cualquier otro caso de dicha lista, no puedo justificar tener una si no le voy a sacar partido; suficiente tengo con no aprovechar la guitarra que sí tengo. Esto no quiere decir que la lista pare de crecer. De hecho, la inclusión del último modelo de Ibanez venía precedido por la serie de guitarras Solar con acabado de madera envejecida.

Ahora, puedo incluir una nueva entrada que veía en la página de Instagram de Hutchinson Guitars:

Se ve que mi gusto no ha evolucionado mucho en los últimos años porque ya me había fijado en las guitarras vikingas de Hutchinson hace unos años.

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El otro día me enteraba de casualidad que Stanley Clarke, compañero del recientemente fallecido Chick Corea en Return to Forever, es el responsable de la música de Pasajero 57, la película donde Wesley Snipes suelta el (en su día conocido) riposte «apuesta siempre al negro». Este hecho no pasa de ser anecdótico pero me volvió a la cabeza cuando vi en MusicRadar un nuevo bajo con su firma:

Fabricado con arce, aliso y palisandro en un diseño de cuerpo clásico de Leo Fender, con un acabado suburst vintage. […] A modo de tribute a Leo Fender, se utilizó un clavijero de Stratocaster de 1964 para prototipar el bajo de Stanley. Stanley le pidió a Tom [Lieber] que lo actualizase, utilizando nuestro diseño propio, y este nuevo diseño se ve en las fotos.

Oneonta Stanley Clarke Spellcaster. Foto: Milo Stewart Jr. Fuente: Oneonta Guitar.

Según la especificación técnica, tiene una longitud de 43.5″, de los cuales 18.25″ son del cuerpo de aliso, que tiene 12.75″ de ancho y 1.75″ de grosor. No veo detalles sobre el trémolo que tiene en el puente ni sobre las pastillas, aunque en las fotos se muestra la función de los dos selectores. La escala de 30.5″, con cuello de arce con acabo claro de ancho que va de 1.5″ en la cejuela a 2.1875″ y grosor de 0.84375″ a 0.90625″ a las alturas de los trastes primero y décimo segundo, respectivamente. Tiene un alma con ajuste en dos sentidos, y diapasón de palisandro con veinticinco trastes de plata niquelada.

El instrumento pesa 8.5 libras y cuesta $1635 (en teoría, descontado desde $2200) que no incluye impuestos ni gastos de envío (que, a Madrid, serían $350). Me pregunto cómo se compara, por ejemplo, con el último bajo que puse por aquí, que fue el del trigésimo aniversario de Billy Sheehan con Yamaha y era bastante más caro.

Creo que cada vez me gustan más los clavijeros invertidos. No sé si serán muy prácticos o si ofrecen alguna ventaja, aunque en el texto de MusicRadar dicen que promete una tensión mayor en la cuarta cuerda a la vez que reduce la tensión en la primera.

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En el verano de 2019 Gibson denunció a Dean por el supuesto uso fraudulento de una de sus marcas registradas, acusándolos a efectos prácticos de estar haciendo falsificaciones. Dejé un apunte sobre el tema hablando de las marcas registradas de Gibson pero reconozco que no he seguido el tema de cerca. Estos últimos días he visto alguna que otra mención a dicho conflicto judicial por el paso de Dave Mustaine de Dean a Gibson.

No habiendo probado ninguna guitarra con la firma de Mustaine (ni Dean ni Jackson) ni tampoco una V de Gibson, no puedo opinar sobre qué supone el cambio respecto a la calidad de los instrumentos. De todas formas, parece que en estos momentos la información sobre estos modelos es bastante escasa. De hecho, lo máximo que he conseguido encontrar son algunas fotos en Loudwire:

La Kramer es la que más llama mi atención, probablemente en gran parte por el acabado natural. Tengo una cierta curiosidad por saber qué precios pondrán a estos instrumentos y a sus variantes Epiphone, si es que las hacen. Gibson tiene fama de hacer guitarras caras pero me pregunto si alguna llegará a costar lo mismo que la Dean Dave Mustaine VMNT Holy Grail.

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De vez en cuando apunto por aquí algunas que otras construcciones originales de guitarra. Sin embargo, nunca se me había ocurrido leer algo como lo que contaban ayer en MetalSucks.

Un lector de la página tenía un tío que le inculcó su gusto por el heavy metal. Su tío falleció joven, habiendo dejado instrucciones para donar su esqueleto a una universidad griega. Así se hizo pero, tras veinte años, dicha institución dejó de usarlo y lo devolvieron a la familia. Ante la oposición de esta a cremarlos y en vista de los costes del alquiler de un nicho, el sobrino en cuestión decidió que honraría a su tío de otra manera: convirtiendo sus restos en una guitarra funcional. Aparte de enviar una foto de su tío, también mostró otras del proceso y del resultado, junto con una demostración de cómo suena [].

Parece solo marginalmente más cómoda de tocar que la guitarra de clavos.