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Llevo siguiendo a Kvelertak desde 2013 o 2012, con un nivel de interés variable, y en este tiempo les he visto al menos tres veces en concierto. A pesar de esto, han pasado más de dos semanas desde el anuncio de su próximo disco y yo me entero ahora. Lo que decía la semana pasada, estoy fuera de onda.

En cualquier caso, los noruegos tienen planificado que el 14 de febrero del año que viene se pueda comprar su nuevo disco Splid, el primero con su nuevo vocalista, del que ya se puede escuchar el tema «Bråtebrann» [06m59s]. Aunque en primera instancia me recuerda bastante a Nattesferd, aparentemente ha supuesto una cierta vuelta a los dos primeros discos. Por un lado, pusieron a Kurt Ballou, el de la tarjeta de distorsión, de nuevo a los mandos de la producción, como ya habían mencionado en algún que otro canal de venta y se puede ver en la primera parte del making of del disco []. Por otro, aunque no han añadido una nueva portada modernista de John Dyer Baizley a su catálogo, se han ido a su compañero en A Perfect Monster, Marald Van Haasteren. El propio ilustrador mostraba su obra el mismo día del anuncio oficial del disco:

Ilustración de Marald Van Haasteren para la portada del disco Splid de Kvelertak. Fuente: Instagram.

Que conste que la producción del disco anterior como su portada de Arik Roper no me desagradaron.

Parece que en su próxima gira por Europa no tienen previsto pasar por Madrid. Si el concierto que dieron entre Mutoid Man y Mastodon es indicativo de lo que pueden hacer como cabezas de cartel, es una pena.

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A finales de noviembre anunciaban en la web de Baroness que se podían hacer las reservas del conjunto de los cuatro vinilos ilustrados con los sencillos de «Purple». Los cuatro discos no solo estaban maravillosamente decorados con ilustraciones de Marald Van Haasteren, sino que cada funda era un cuadrante de la portada del disco realizada por John Dyer Baizley.

Vinilos ilustrados de «Purple», de Baroness. Portadas de John Dyer Baizley, decoraciones de Marald Van Haasteren.

En su momento me pareció un conjunto fantástico, que seguro que no defraudaría a quien lo pudiera tener, aunque preferí no pensar mucho en ello porque yo era de los que no lo podrían disfrutar. Sin embargo, estaba equivocado y, otro año más, tengo que repetir que me cuidan demasiado bien.

Son espectaculares, doy fe.