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Si sólo tenemos en cuenta la fecha, hoy, 5 de abril, hace 27 años que murió Kurt Cobain y pasó a formar parte del club de los 27. Puede que no hable mucho de Nirvana pero, si la memoria no me falla, la primera canción que toqué en público fue «Smells Like Teen Spirit», con Ángel cantando, Andrés y Pas a la guitarra, Jimmy al bajo y servidor a la batería. Puede que fuera en el festival November Rain de 2000 y poco pero ahora mismo no recuerdo. Además, me estoy yendo por las ramas. Hablando de ramas…

A lo que iba. Hace un par de días publicaron en Rolling Stone un artículo basado en la figura de Cobain sobre

un proyecto compuesto por canciones escritas y mayoritariamente interpretadas por máqinas, al estilo de […] músicos que murieron con 27 años de edad: [Kurt Cobain], Jimi Hendrix, Jim Morrison y Amy Winehouse. Cada pista es el resultado de programas de I.A. analizando hasta 30 canciones de cada artista y estudiando granularmente las melodias de las pistas de voces, cambios de acordes, riffs y solos de guitarra, patrones de batería y letras, para adivinar cómo sonarían sus «nuevas» composiciones. El proyecto es el trabajo de Over the Bridge, una organización basad en Toronto que ayuda a miembros de la industria musical lidiando con enfermedades mentales.

El proyecto se llama Lost Tapes of the 27 Club y en el artículo explican que usaron Magenta para procesar ficheros MIDI de distintas secciones de diferentes temas, generando igualmente un MIDI al que aplicaron efectos para hacerlo sonar lo más realista posible. Las letras tuvieron un procesado similar y, en el caso de Nirvana, fueron interpretadas por el cantante de un grupo de tributo.

Diseño de Lost Tapes of the 27 Club.

Sin ánimo de frivolizar sobre un esfuerzo para concienciar sobre la importancia de una buena salud mental, tampoco me habría parecido mal que hubieran probado a usar a un imitador de Schwarzenegger, a modo de gracia, para hacernos una idea de cómo sonaría esto.

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Gracias al mismo grupo que me recordó que El Reno Renardo siguen estando muy activos me topo ahora con un glorioso recopilatorio de publicidad sacada de revistas informáticas, del que quiero señalar este anuncio:

Anuncio de Verbatim con Victor Borge (Børge Rosenbaum) sacado de la página 25 de la revista BYTE de noviembre de 1979.
Fuente: Vintage Computing and Gaming.

Me pregunto si realmente utilizaba un ordenador para su trabajo musical. De ser el caso, me habría gustado saber qué es lo que guardaba en esos discos. ¿Anotaciones? ¿Partituras en alguna representación textual? ¿Existía algún formato de música digital que fuera razonable suponer que habría podido usar? DCB no se desarrolló hasta 1979, según unas fuentes, o 1981, según otras; sé que la especificación MIDI 1.0 es de 1983 y mis conocimientos de música electrónica son insuficientes incluso sin tener en cuenta que estaríamos hablando de hace cuarenta años. Sería interesante saberlo.

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Al mencionar los teclados alternativos en la entrada sobre el diapasón microtonal hecho con LEGO repasé alguno de los enlaces que puse entonces y acabé topándome con un artículo en Hackster.io sobre este controlador MIDI:

Harmonicade de KOOP Instruments.

Leyendo un poco más sobre su diseño —los interesados en replicar este controlador pueden visitar el enlace del proyecto para saber qué necesitan— y cómo se toca me recordó a otro teclado que había visto hace más de una década, aunque este era un teclado de tabla armónica y Harmonicade tiene una distribución de notas de Wicki-Hayden en sus dos módulos de cinco octavas y media. Lo curioso es que no fue hasta algo más tarde que me acordé de Pianocade, a pesar de la similitud en el nombre y en el uso de botones del estilo de los de las máquinas recreativas.

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En mi cabeza parece que el trigésimo aniversario de la especificación MIDI fue hace poco tiempo. Es posible que los casi treinta y siete años que han pasado desde el evento original que se conmemoraba entonces se le hayan hecho igual de cortos a otros. Sea poco o mucho tiempo, es ahora cuando llega la nueva llega MIDI 2.0 y trae consigo hasta 256 canales, hasta 32 bits de resolución, bidireccionalidad y la paz mundial.

Bueno, eso último no lo dicen y, a juzgar por algunos de los comentarios en Hacker News sobre un artículo en Reverb del mismo tema, parece ser causa de algún que otro choque de opiniones.

Esquema del entorno MIDI 2.0. Fuente: midi.org.

Sea cual sea el caso, supongo que habrá que esperar a que los fabricantes de instrumentos oferten controladores que implementen esta especificación para ver qué se puede hacer con ellos. Teniendo en cuenta que algunos de dichos fabricantes son los impulsores de la nueva especificación me imagino que tendrá un apoyo mayor que otras iniciativas alternativas a MIDI, como OSC, y no hará falta esperar a ver por cuál se decanta la industria pornográfica para saber la que triunfará.

De hecho, el teclado A-88MKII de Roland se está presentando ya como el primero «MIDI 2.0 ready» aunque no me queda muy claro qué se consigue con eso, ni si es un buen producto en conjunto. Apenas sé nada de teclados, pero la marca nipona parece saber lo que se hace estos últimos años, al menos por todo lo que he visto de los Katana de su filial BOSS y lo que estuve probando para tener una referencia de batería electrónica hace una temporada.

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El otro día mencioné controladores MIDI y me hizo recordar que poco antes había visto en algún lugar una mención a la Lekholm DM48, una «armónica cromática digital de 12 agujeros y 48 notas». O, más concretamente, un controlador de instrumentos electrónicos en forma de armónica cromática [con] doce sensores de presión independientes[,] sin síntesis de sonido incorporada.

Curioseando por el listado público de contenidos de un directorio de imágenes en el servidor de la página web se pueden ver algún documento gráfico del trabajo del profesor Erik Larsson Lekholm.

No conozco muchos controladores MIDI de viento. Que me vengan a la cabeza en este momento están el Synthophone y la gaita electrónica multitímbrica del ex-presidente de la SGAE, pero seguro que hay muchos más.

También reconozco mi ignorancia del mundo de los músicos conocidos por su habilidad con la armónica. Ahora mismo me costaría recordar el nombre de tres. Uno sería Paul Butterfield, al que conozco por alguna mención de Alice Cooper. Otro sería Sonny Terry, aunque sólo sea por el final de Stroszek. Claro que la mención de esa película me trae a la cabeza el nombre de su protagonista y eso hace que salte a Bruno quien, con todos mis respetos, no creo que sea reconocido por esa faceta. Debería venirme a la cabeza antes Sonny Boy Williamson por la mención en el documental de la BBC Can Blue Men Sing the Whites? pero es evidente que mi neurona va por libre.

También podría haber sido más tangencial. Podría haber pensado en la armónica de Ozzy.