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Son de agradecer muchas de las iniciativas que surgieron durante el primer confinamiento para mantener a la gente entretenida. Seguramente sea el menor de los problemas dentro de la situación pero no deja de ser una ayuda en determinadas circunstancias, especialmente en aquellos lugares donde se recomienda quedarse en casa en la medida de lo posible.

Algunos de estos proyectos siguen activos e incluso ganan tracción en lugares donde vuelve a imponerse el confinamiento domiciliario, como es el caso de Concert Roulette, uno de los proyectos de Hannah Fiddy dentro de Alternative Classical, grupo del que es directora, que anunciaron en Twitter a finales de abril.

Interfaz de Concert Roulette.

La idea es muy sencilla: se seleccionan las preferencias de tipos de música y la aplicación muestra un concierto al azar de uno de los periodos elegidos. Aunque la idea tiene unos meses la vi en Hacker News hace unos días, ahora que la responsable volvió a publicitarla en Twitter, con motivo de la adición de más conciertos, y consiguió un cierto éxito de visitas.

No me prodigo en piezas de música clásica por aquí. De hecho, creo que la última que puse fue la interpretación de Thomas Tirino de «Malagueña» de Lecuona y de eso hace más de un año. Tendré que usar la ruleta para al menos escuchar unos cuantos conciertos, que seguro que me viene bien.

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Cuando volvía a mencionar hace poco el estudio sobre los efectos de las audiciones a ciegas seguramente provoqué, por pura casualidad, que me viniera a la cabeza de nuevo al toparme en Hacker News con un artículo de Kate Wagner sobre los fallos meritocráticos de la música clásica:

La música clásica es cruel, no porque haya ganadores y perdedores, concertinos y ripienos, sino porque miente sobre el hecho que estos ganadores y perdedores son elegidos mucho antes del primer momento en el que un infante coge un instrumento. No importa si estudias composición, dedicas años a un instrumento o simplemente tienes el deseo de enseñar […]. Si provienes de una familia menos-que-adinerada o de un lugar aparte de las ciudades más ricas, las probabilidades están en tu contra independientemente de lo mucho que sacrifiques, lo duro que trabajes o, sí, el talento que tengas.

En mi limitada experiencia, el éxito requiere estar preparado cuando se den las circunstancias adecuadas. Es evidente que mucha gente ni siquiera tiene la oportunidad de prepararse. También creo que esas circunstancias adecuadas por lo general no se pueden controlar o están bajo el control de una parte interesada en mantener el statu quo.

¡Feliz lunes!

Ilustración de Clemens Habicht que acompaña al artículo de Kate Wagner «Strike with the Band».

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Entre los enlaces que tenía apuntados de las últimas semanas se encuentra el de un proyecto recopilatorio de recursos de música clásica con cifras considerables: más de 96.000 obras, 325.000 partituras y 35.000 grabaciones de más 13.000 compositores y casi 350 intérpretes. Y contando. Se trata del IMSLP:

IMSLP significa International Music Score Library Project (Proyecto Biblioteca Internacional de Partituras Musicales). El logo es una letra A mayúscula tomada de la primera impresión de música polifónica jamás realizada, las Harmonice Musices Odhecaton, publicadas en 1501. De su [impresor], Ottaviano Petrucci, toma el nombre nuestra biblioteca.

Dicha obra, por cierto, puede encontrarse dentro de IMSLP. Aunque la presentación «estilo wiki» puede no ser la más intuitiva de navegar hoy en día la cantidad de contenidos hacen de este sitio un tesoro para los que buscan este tipo de material.

A mayúscula del frontispício del Odhecaton A, vista en Gardane.