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Hace unos días me pasaban el enlace a un artículo en Lovecraft eZine —de título como el de esta entrada— donde el autor, Benjamin Welton, expone su experiencia y punto de vista personal sobre la relación entre la obra de H. P. Lovecraft y la música metálica. Sin proclamarme un experto en ninguno de las dos materias, sí me atrevo a decir que los caminos de Cthulhu son inescrutables.

Mis primeros recuerdos de Lovecraft están asociados a La llamada de Cthulhu y Posesión Infernal, y más tarde a vídeo-juegos: Alone in the Dark, Shadow of the Comet, Quake, … Ah, ¿hace cuánto que no juego en el E1M8? Aunque puestos a rememorar, ¿cuántas partidas echaría en DM6 con EstepBot? Good times.

Portada de La llamada de Cthulhu, vista en Taringa.

En fin, que me voy por las ramas. La cuestión es que en el artículo se señala la influencia de esta mitología en la música, con especial prevalencia en el heavy metal y derivados. De hecho, señala una recopilación parcial de obras inspiradas por el universo creado por Lovecraft con más de una entrada evidente y otras no tanto. Hasta aparece Vangelis, a quien mencionaba hace algo menos de un año.

Las menciones a Cthulhu en esta página no son abundantes, con lo que tampoco puedo decir que la relación entre música y Lovecraft esté muy presente en mi experiencia, aunque sí diría que es innegable. Quizás debiera explorarla un poco más.