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Visto en Twitter. A pesar del chiste no deja de ser triste y cierto, como ya he comentado alguna vez hablando de las «guerras del volumen».

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Hace unos días mencionaba el estudio del CSIC sobre la música popular actual donde se señalaba, entre otras cosas, «el aumento paulatino del volumen intrínseco al que se graban las canciones». Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, enlacé a una reseña ya entrada en años en este mismo blog que, como debería haber comprobado antes, tiene un enlace roto.

Ya que hace un par de días cantaba alabanzas de Music Machinery, hoy voy a señalar otro de sus artículos para cubrir el hueco del que ahora no es alcanzable: The Loudness War Analyzed. Observen las dos gráficas siguientes:

Cierto es que la comparación puede ser algo injusta. Por un lado el sonido de “Death Magnetic” es un caso un tanto extremo. Por otro, comparar la música de Brubeck con la de Metallica, aunque sólo sea por el volumen «normal» que se le puede atribuir a cada una, es poco coherente. Este punto lo señala el propio autor del análisis, igual que las posibles inconsistencias en los datos de partida de su estudio, ya que algunos de los temas procesados podrían proceder de remezclas o remasterizaciones donde se alterase significativamente el volumen respecto a la grabación original.

En cualquiera de los casos, la compresión del rango dinámico parece un hecho contrastable. El artículo mencionado incluye unos cuantos ejemplos más, junto a una clasificación de los artistas de mayor y menor volumen.

It is interesting to see that Avril Lavigne is louder than Metallica and Katy Perry is louder than Megadeth.

Apañados estamos.

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No lo digo yo. Lo dicen muchos abuelos y el estudio realizado por un equipo liderado por el especialista en inteligencia artificial Joan Serrà, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España. La ¿noticia? tiene cinco meses pero últimamente me entero de las cosas con «un poco» de retraso. El resumen y las conclusiones del estudio están disponibles para quien tenga interés. En la nota de prensa del CSIC está aún más abreviado:

Las canciones compuestas en las décadas más recientes tienden a parecerse más entre ellas que las antiguas, según revela una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El trabajo, que ha analizado 464.411 canciones, ha sido publicado en el último número de la revista Scientific Reports.

Según los parámetros analizados, las transiciones entre los grupos de notas han disminuido de forma continua durante los últimos 55 años. El investigador del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del CSIC Joan Serrà, que ha dirigido el trabajo, explica: “Estos parámetros musicales en las canciones son como las palabras de un texto y hemos observado que cada vez hay menos palabras diferentes”. Dada una nota musical, es relativamente más fácil predecir cuál será la siguiente en una canción actual.

Del mismo modo, las composiciones musicales más recientes también presentan una menor diversidad de timbres y tienden a interpretarse con los mismos instrumentos. Joan Serrà opina que “en la década de los 60, por ejemplo, grupos como Pink Floyd experimentaban mucho más con la sonoridad que ahora”. […]

Otra conclusión a la que llegan es algo bastante conocido desde hace tiempo:

Otra de las tendencias es el aumento paulatino del volumen intrínseco al que se graban las canciones. Este volumen es independiente del que cada usuario puede seleccionar para reproducirlas posteriormente.

Si hace seis años decía que La música ya no es lo que era ahora parece que hay datos para apoyarlo.


Timbre distributions: (a) Examples of the density values and fits taking z as the random variable. (b) Fitted exponents β. (c) Spearman’s rank correlation coefficients for all possible year pairs.