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No, no se me asusten, que no me he pasado a la crónica de sociedad. Verán, entre los correos que tenía de este fin de semana uno apuntaba a un artículo en Público con la siguiente cabecera:

Elvis murió de estreñimiento crónico

Según su médico particular, el rey del rock rechazó someterse a una operación que podría haber solucionado una dolencia hereditaria

El médico particular de Elvis era George C. Nichopoulos, quien fue (y sigue siendo para algunos) sospechoso de contribuir a la muerte del Rey:

While Presley’s main physician, Dr. Nichopoulos, was exonerated of criminal liability for the singer’s death, the facts were startling: «In the first eight months of 1977 alone, he had [prescribed] more than 10,000 doses of sedatives, amphetamines and narcotics: all in Elvis’s name.» His license was suspended for three months. It was permanently revoked in the 1990s after the Tennessee Medical Board brought new charges of over-prescription.

El que esto salga a la palestra ahora es debido a que el señor Nichopoulos ha publicado un libro «para explicar la evolución de la enfermedad del cantante». Así que quien quiera detalles mórbidos y aparentemente escatológicos – y quién sabe si verdaderos – de la vida y muerte de Elvis ya sabe dónde encontrarlos.