A pesar de las complicaciones de los últimos días y del calor mi hermano y yo pudimos estuvimos entre los asistentes al festival Sonisphere celebrado en Madrid. No he tenido mucho tiempo para hacer la crónica, así que por el momento aquí van las impresiones del primer día, ligeramente abreviadas.
Yo tenía algo de interés por ver a Volbeat y una cierta curiosidad por escuchar a Anathema pero el viernes llegamos cuando ya sonaba el final del concierto de Sôber.
Buscamos un sitio cómodo delante del segundo escenario y, sobre la hora prevista, empezó el concierto de Saxon. Siendo uno de esos grupos de los que no suelo escuchar cosas no tenía ninguna expectativa, ni para lo malo ni para lo bueno, y tengo que decir que me quedé gratamente sorprendido. Hubo varias cosas que me gustaron.
En primer lugar el sonido era más que decente. Estoy seguro que inicialmente a los más alejados el volumen les parecería algo bajo pero desde donde estábamos se podía escuchar sin tapones sin problemas. Además, la mezcla del sonido era especialmente buena. Sin conocer bien su discografía se podían distinguir y disfrutar perfectamente las canciones. Muy en particular, el bombo no se comía el resto de los sonidos ni retumbaba con cada golpe. Se podía oír guitarra, bajo, batería y voz sin que se echase en falta nada.
En segundo lugar, la actuación de todo el grupo fue impecable. Me agradó especialmente la vitalidad del bajista Nibbs Carter y por las ganas de involucrar al publico de Biff Byford. El cantante tuvo un recuerdo para Dio, habló un poco de fútbol (parecía particularmente satisfecho que la selección española ganase a la alemana) y llegó a dejar elegir al público algunas de las canciones que tocarían.
Por último, el repertorio estuvo bastante bien. Biff presentó unas cuantas, empezando por «Heavy Metal Thunder» y seguido de «Dogs Of War». El ruido de los motores de unas motos sirvió como introducción a «Motorcycle Man», que tocaron antes de «Live To Rock», la única del último disco si no recuerdo mal. «747 (Strangers In The Night)» fue una de las que ofreció para elegir al público y acabaron tocando. «To Hell And Back» y «Crusader» precedieron a «Wheels Of Steel», que contó con toda una parte en la que Byford invitó al público a cantar. De la misma manera los coros de «Denim And Leather» fueron acompañados por el público, que estaba bastante activo a pesar del calor.
Y así fue la actuación de Saxon. Mereció la pena verlo y fue una buena manera de empezar la jornada de conciertos.
El siguiente concierto era el de Porcupine Tree. Apenas había oído nada de ellos y tenía más curiosidad que interés por verles en directo.
Ni me sorprendieron ni me defraudaron. Ellos mismos reconocieron que no eran un grupo heavy y tampoco se presentaron como si lo fuesen pero sí propusieron un repertorio duro dentro de lo que entiendo es su estilo. Un sonido bastante bueno, con guitarras cargadas, riffs pesados y ritmos contundentes que no sonaban mal pero a mí no me llamaron la atención. Quizás les de un tiento en disco pero el directo se me hizo poco interesante, así que antes de que terminase nos fuimos tranquilamente a buscar un sitio medianamente cómo para la siguiente actuación.
Me gustaría poder dar más detalles pero, siendo sinceros, no les presté suficiente atención como para decir mucho más sobre ellos, ni para lo bueno ni para lo malo.
W.A.S.P. es otro grupo que tenía un cierto interés por ver en directo. Blackie Lawless es el único de los miembros originales que sigue en el grupo pero las canciones clásicas siguen estando en el repertorio.
Teníamos un buen sitio pero en cuanto empezó el concierto nos dimos cuenta que el sonido no iba a ser como en el de Saxon. Para empezar el bombo estaba en modo «festival»: cada vez que se golpea tiene que retumbarte hasta la ropa interior. La guitarra de Blackie podría haber sido perfectamente de atrezo (como las «sierras» de los antebrazos del señor Lawless) y el sonido del bajo iba a venía. Con un sonido así y sin conocer bien el repertorio de W.A.S.P. resultó difícil seguir el concierto.
No se puede decir que faltase entusiasmo, ni del grupo ni entre el público, pero la actuación me dejó algo frío. Tampoco es que el setlist fuese malo. Hubo de todo un poco, incluso metieron «Babylon’s Burning», de su último disco, junto a clásico inevitables (como «I Wanna Be Somebody» o «Wild Child») y temas fácilmente reconocibles (como «L.O.V.E. Machine») pero a decir verdad la parte que más me gustó fue el pequeño trozo que interpretaron del «I Don’t Need No Doctor» de Humble Pie.
Me temo que el tema del sonido me incomodó lo suficiente como para que mi impresión del concierto no fuese tan positiva. En cualquier caso parece que la gente lo disfrutó y la actuación del grupo fue bien recibida en general. A pesar de las pintas de Blackie y todo :P . Los dos siguientes conciertos eran en el escenario grande así que para allí fuimos, a coger un buen sitio.
El sonido de Slayer era bastante mejor que el anterior, al menos desde donde estábamos. Al bombo de la batería le sobraba un poco de volumen pero tampoco era algo escandaloso. Las guitarras se oían bien y la tocada voz de Araya se podía distinguir dentro de la mezcla. Quizás su bajo quedaba algo enterrado entre todo el sonido, sin llegar a ser un gran problema. Los sólos de Hanneman y King tenían un volumen adecuado aunque yo los hubiese marcado un poco más.
A Araya no se le veía mal, a pesar de sus recientes problemas con el cuello y la voz. Si es cierto que estaba más estático de lo que uno puede estar acostumbrado a verlo pero tampoco estuvo inmóvil. Tuvo unas palabras en un castellano algo cascado que parecieron alegrar a la gente, especialmente la pertinente mención a la final de la copa del mundo. El resto de componentes tampoco se dirigieron mucho al público pero sí estuvieron muy activos. Los guitarristas intentaron aprovechar el espacio en el escenario para moverse de un lado a otro y Lombardo parecía bastante cómodo tras su batería.
Por señalar un punto negativo, el polvo que se levantó por la cantidad de movimiento entre el público impedía respirar bien a ratos, hasta el punto de llegar a ver al día siguiente gente con mascarillas. Claro que hasta cierto punto es normal, teniendo en cuenta los temas que toca Slayer.
El repertorio fue muy parecido al de las otras ediciones del Sonisphere de este año, con alguna variación. Empezaron con «World Painted Blood» y lo siguieron de una mezcla bastante bien pensada de temas de toda su discografía. Escuchar canciones como «Jihad», «God Hates Us All» o incluso «Mandatory Suicide» resulta interesante pero no se puede comparar a oír «War Ensemble» o «South Of Heaven». Del «Seasons In The Abyss» tocaron unas pocas, incluyendo el tema homónimo, la que ya he mencionado y «Dead Skin Mask». Y no faltó «Angel Of Death», tocado rápido y con la ráfaga de doble bombo extendida por Dave.
Con la noche ya más avanzada el concierto se apoyó más en las luces que no estuvieron mal. Si acaso criticar que el programa de luces le sobraba algo de contraluces y le faltaba algún que otro foco cuando el escenario estaba inundado de luz roja o azul. En ciertos momentos casi resultaba incómodo mirar hacia el escenario o intentar buscar a alguno de los músicos con la vista.
De todas maneras el concierto estuvo muy bien y, por supuesto, repetiría. Aunque casi mejor en una sala.
Faith No More fue una decepción para mí. Cierto es que conozco poco más que el Angel Dust y tenían la papeleta de salir después de Slayer pero el concierto no me gustó nada.
No empezó mal, con una puesta en escena elegante y Mike Patton saliendo al escenario fingiendo una cojera (con bastón y todo) para empezar al concierto. Aunque yo lo oí algo «sucio» tampoco es que el sonido fuese malo. Es simplemente que me aburrió. Al cabo de un par de canciones Patton se me asemejaba cada vez más a un Beavis moreno y engominado y el grupo difuminado frente a los histrionismos del cantante. Las pequeñas charlas del grupo hacia el público como si fuese mexicano me pareció más una metida de pata que algo simpático. Y al final acabamos por irnos.
El día había sido largo y no teníamos interés por aguantar un concierto que claramente no nos estaba gustando. Así que, muy a nuestro pesar, nos volvimos sin ver a Suicidal Tendencies, con vistas a descansar un poco y disfrutar algo más del día siguiente.
13 comentarios.
decepción para tí… todos estabamos felices por este concierto. Repertorio, sonido y actitud un 10. Mike Patton sigue siendo el puto amo.
Sin duda. Había un montón de gente que lo estaba pasando de lujo. Pero no fui el único en irme.
En cualquier caso, para gustos los colores, que se suele decir. Me alego que te gustase.
Pues a mi me encantó, si que es verdad que sabía a lo que iba y las extravagancias de Mike Patton no nos pillaron por sorpresa. Alomejor alguien que lo ha seguido desde sus comienzos puede que lo disfrute más que otra persona que solo le suenan unas cuantas canciones del repertorio o que espere ver una actuación diferente. UHG! Has visto a Fantômas en concierto??? creo que te tirarías de los pelos XD
Rammstein por ejemplo arrastró a mogollón de gente y a mi pese al circo que llevaban montado, me pareció espectacular pero musicalmente me aburrieron bastante. Me parece mucha parafernalia para contrarrestar el nivel musical del grupo, no se… sin embargo vi a mucho que disfrutaron como locos.
Había visto vídeos, tanto de FNM como de Fantômas, y reconozco que nunca me hicieron especial gracia. Tampoco tenía ninguna expectativa concreta pero sinceramente no esperaba que me aburriese. De todas maneras sigo pensando que en el fondo es una cuestión de gustos.
Marta es sabia y sabe de lo que habla.. en serio. Yo Rammstein ni los ví. No me interesan… y sí, a FNM los llevo siguiendo desde el Angel Dust en el 93 (salió en el 92) y ya con 12 o 13 añitos estaba flipado con Mike Patton & Co. No los había visto nunc ay dusfruté de lo lindo cada uno de los temas.
Reconozco que no tenía un interés especial en ver a FNM pero estaba dispuesto a darles un tiento en directo. Hice lo mismo que con Porcupine Tree, con resultados similares, y estoy seguro que habrá gente igual de apasionada por ese grupo que pensará que también ahí me he perdido algo.
Como dijo Gene Simmos: That’s why they make menus in restaurants. Not everyone likes the same meal.
Uuuh, te has metido con MP man!!
No creo que le importe mucho mi opinión.
a ver yo los disfruté desde el primer minutos y no ví ninguna pega (excepto el polvo del recinto que es lamentable) pero igual ya t digo que es pq llevo desde los 12 o 13 años escuchándolos. Luego me pones un concierto de Rammstein y ni voy a verlo pero puedo entender que gente más jóven que yo pueda sentir lo mismo por mierdas tipo rammstein o bullet for my valentine…
Puede que sea eso, aunque metes en el mismo saco a Rammstein y Bullet For My Valentine y son cosas muy distintas, tanto por estilo (se parecen como un culo a una castaña) como por época (el primer disco de Rammstein salió en 1995 y el primero de BFMV en 2005).
A riesgo de repetirme demasiado, yo sigo diciendo que es una cuestión gustos y, como dije antes, a mí simplemente no me gustó.
Me sumo al sentimiento del autor por FNM. Aunque yo iria un paso más y diría que fueron infumables.
[…] decir es que un concierto de Slayer está hecho para ser disfrutado en una sala. La vez que les vi en el Sonisphere no me gustaron tanto como en esta […]
[…] sólo he visto a Mike Patton una vez en concierto y no me convenció, por razones probablemente ajenas al propio cantante, aunque en general sí me […]