En alguna ocasión he mencionado mi estima por las composiciones de
[Satoru] Iwata: Al principio, hiciste la música para coincidir con el aspecto del juego.
[Kōji] Kondō: Eso es. Después, cuando jugué con el prototipo, hice la canción actual.
[…]
Iwata: Quizás el poder jugar con el prototipo tan pronto fue un factor que llevó a esa canción.
Kondō: Eso creo. Aprendí la importancia de tener la posibilidad de jugar con el juego y emparejar la música a sus ritmos.
Algo similar había dicho en una entrevista a Wired en 2007:
WN [Wired News]: ¿Cuál era su objetivo para el tema principal, entonces, si tuvo que reescribirlo una y otra vez?
KK [Kōji Kondō]: De primeras, tenía que encajar lo mejor posible con el juego, realzar la jugabilidad y hacer que se pudiera disfrutar más. Que no esté simplemente ahí y sea algo que suena mientras juegas, si no que de hecho sea parte del juego.
[…]
KK: […] la música está inspirada en los controles del juego y su propósito es el de intensificar la sensación de cómo se controla el juego. […]
Leyendo todo esto en Kotaku me he acordado de un artículo previo del mismo medio, que también señalé por aquí hace unos años, en el que se argumentaba que hay una relación natural entre videojuegos y música. El primer artículo citado trata más bien sobre cómo los jugadores que intentan pasar las distintas entregas de la serie de Super Mario en el menor tiempo posible se ayudan de la banda sonora.
Ambos artículos son igual de interesantes pero lo que han conseguido es que ahora me apetezca echar unas partidas, a ser posible acompañado por una orquesta [06m57s].