Ahora mismo no recuerdo ninguna canción que me haya dejado de gustar por escucharla demasiado. Si acaso, tiendo a ser bastante obsesivo y machacón, escuchando una y otra vez las mismas canciones durante años (Purple sigue siendo una obra maestra). Lo que sí me ocurre a veces es que se me mete en la cabeza alguna melodía que no me gusta y soy incapaz de sacármela, incluso recurriendo a las supuestas «curas». Menos mal que el tema que me ha venido a la cabeza al leer el artículo del enlace anterior ha sido «Ohrwurm», y no uno malo.