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Donald Knuth publicó en 1977 “The Complexity of Songs” en la que postula que nuestros ancestros inventaron el concepto de estribillo para reducir la complejidad de las canciones, algo crucial cuando se tienen que memorizar un gran número de ellas. El Primer Lema de Knuth demuestra que si una canción de longitud N entonces el estribillo reduce la complejidad de la canción a cN, donde el factor c < 1.

Knuth demuestra además una forma de producir canciones de complejidad — en notación de LandauO(√N), un método mejorado por un granjero escocés llamado O. MacDonald. Métodos más ingeniosos producen canciones de complejidad O(log N), una clase conocida como m botellas de cerveza en el muro.

Finalmente, durante el siglo XX — estimulado por el hecho de que el advenimiento de drogas modernas ha llevado a requisitos de aún menos memoria — lleva a la mejora definitiva: canciones arbitrariamente largas con complejidad O(1), por ejemplo, para una canción definida por la relación de recurrencia:

S0=ε, Sk = VkSk-1, k ≥ 1,
Vk = ‘That’s the way,’ U ‘I like it,’U, ∀ k ≥ 1
U = ‘uh huh,’ ‘uh huh’

El texto completo se puede leer en este enlace y, aunque se trata de un chiste, como en muchas cosas en la vida, nos reímos porque es gracioso y nos reímos porque es verdad, que diría De Niro haciendo de Capone.

Dado que este «análisis» parece versar sobre las letras de las canciones resultaría curioso hacer lo mismo para la música. Con instrumentos como esta herramienta de Hooktheory para buscar canciones con los mismos acordes uno se siente tentado de replicar los resultados de como los observados por estudiosos como Axis of Awesome.

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autochords.com es un «generador» de progresiones de acordes sencillo para aquellos que, como yo, no saben mucho de música. Por eso no es sorprendente que esté basado, según kev-on-music, en una chuleta de teoría musical sobre construcción de progresiones. Por lo tanto, no es el más completo (ni el único) que se puede encontrar pero para alguien de mi nivel es suficiente para trastear un rato.

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Ya puestos a recuperar contenidos de twitter de finales del año pasado, he aquí otra curiosidad:

Aphonopelma davemustainei

Tal como se observa en la figura, este bichito oriundo del sudeste de Arizona / sudoeste de Nuevo México fue nombrado por el Dr. Brent E. Hendrixson en honor a Dave Mustaine, cosa que parece que le agradó bastante:

No es que sea nada nuevo pero, dado que se le suele atribuir la ocurrencia del término «acordes araña«, es un tributo bastante apropiado, ¿no?

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El comentario de Javi del otro día me ha hecho recordar cuando todavía rondaba yo por el club musical Delta y Ángel, en su infinita paciencia, intentaba enseñar a un patán de veintipico que había decidido que quería aprender a tocar la guitarra lo que es el acorde Hendrix (en la imagen, para guitarra). Años más tarde – cuando la única manera de que me llamen joven es si me muero, que diría Jimmy Carr – sigo siendo un patán, sigo interesado en aprender a tocar la guitarra y existe un arsenal de información que, sin duda, me sería de gran provecho si la neurona me funcionase un poco mejor.

Como tal cosa no tiene visos de suceder en un futuro próximo me conformaré con asimilar que, de acuerdo con la Wikipedia, existen otros acordes con «nombre propio». De todos ellos el acorde Hendrix es el único con origen en la guitarra, aunque supongo que habrá guitarristas que utilicen también las otras estructuras. Por si alguien está interesando, estos acordes son: Elektra chord, Mystic chord, Petrushka chord, Tristan chord, Psalms chord, So What chord, Mu chord.