Las arañas no me molestan pero tampoco me llaman especialmente la atención, a menos que estemos hablando de Spider-man. No es el caso de una noticia en CNN que veía la semana pasada pero, en esta ocasión, sí que me ha interesado:
Cinetíficos en el MIT ha convertido telarañas en música, creando una misteriosa banda sonora que les podría ayudar a entender mejor cómo los arácnidos tejen sus complejas creaciones, e incluso cómo se comunican.
El equipo del MIT trabajó con el artista Tomás Saraceno, afincado en Berlin, para crear escaneos bidimensionales con láser de una tela de araña, que fueron encajados y convertidos en un modelo matemático que podía recrear la telarña en realidad virtual en 3D. También trabajaron con el departamento de música del MIT para crear el instrumento musical parecido a un harpa.
Este ejercicio, que parece puramente artístico, parece tener también una vertiente más práctica. Partiendo del supuesto que las arañas se comunican a través de las vibraciones, ser capaces de interpretarlas y entenderlas podría abrir el camino para una comunicación con las arañas. Entender cómo un arácnido crea estructuras complejas sin andamios ni otras estructuras de soporte podría inspirar mejoras en las tecnologías de impresión 3D, por ejemplo.
Markus Buehler, el profesor de ingeniería del MIT que presentó este trabajo en una conferencia virtual de la American Chemical Society, lleva una temporada explorando la conexión entre la música y los materiales a nivel molecular, y ha utilizado técnicas similares para mostrar las sutiles diferencias entre las vacunas de Pfizer/BioNTech y Moderna, al igual que las diferencias entre dos variantes distintas del SARS–CoV-2.
Aunque no tenga nada que ver en términos de tecnología y complejidad, todo esto me ha recordado al tocadiscos de árbol de hace unos años.