Tanto «Rats» como «Dance Macabre» suenan, a mis oídos ignorantes, bastante ochenteras. La sensación se refuerza especialmente en el caso de la segunda al seguir en el último disco de Ghost a «Miasma», tema instrumental con un sólo de saxofón como los que se podían oír en aquella época. Cuando lo escuché volví a acordarme del artículo que establecía los solos con este instrumento como precursores de los de guitarra, y mencioné por aquí hace unos años. Por cierto, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, parece que Kane Roberts, ex-guitarrista de Alice Cooper y compañero y amigo culturista del saxofonista Tim Cappello (véase el enlace anterior), va a sacar nuevo disco.
Para colmo, la semana pasada me topé con un par de temas de la discográfica Frontiers que no podrían ser más ochenteros: «My Heart Is At War» de State of Salazar [04m07s] y «Binary Music» de Palace [04m17s]. Esto me empujó por derroteros que poco conozco y/o tengo olvidados. Sé que en algún momento pasé por Badlands y acabé, vía Ray Gillen, en la entrada en la Wikipedia sobre The Eternal Idol. Estoy menos familiarizado con la discografía de Tony Iommi de lo que me gustaría así que no es de extrañar que, más allá de haberlo oído alguna vez, desconozca por completo todo lo relacionado con el disco.
Me resultó curioso leer que, en la biografía del guitarrista, titulada Iron Man: My Journey through Heaven and Hell with Black Sabbath, se cuenta que la portada iba a tener una imagen de una escultura de Auguste Rodin de 1889, […] llamada L’Éternelle idole; sin embargo, la portada del álbum de hecho muestra dos modelos desnudos, cubiertos en pintura y colocados de manera que se parecieran a la pieza de arte, porque no se pudo obtener permiso para fotografiar la escultura. La pintura tuvo efectos tóxicos y los modelos tuvieron que ir directos al hospital tras la sesión de fotos.
Si se quiere comparar, hay algunas fotos de Christian Baraja en la web del Musée Rodin, acompañadas del siguiente texto:
Las dos figuras de este grupo provienen de La Porte de l’Enfer. Rodin las combinó sobre 1890 para crear una nueva obra, que tuvo un éxito rápidamente ya que se fundió un bronce en 1891 y una ampliación tallada en marmol fue encargada en 1893 por el pintor Eugène Carrière. El yeso es una moldura de este marmol, realizado a petición de Rodin, a quien le gustaba tener un seguimiento de sus obras, quizás para poder hacer otras versiones.
El título, L’Éternelle idole, está bastante en la vena simbolista que Rodin seguía en esa época. Para él, sin embargo, la forma siempre tenía prioridad sobre el sujeto, y esos títulos poéticos no eran otorgados hasta después de crear la obra, a veces durante discusiones con sus amigos escritores.