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Parece que se consolida la tendencia de la venta de música en los EE.UU. que veía señalada el año pasado. Aunque lo significativo es que el oligopolio de facto del streaming aumenta su dominio como canal de venta de música, la anécdota que señalan en CNN es la siguiente:

Esta año, las ventas de vinilos han sobrepasado a las de CDs en los Estados Unidos por primera vez desde los años 80.

Los discos de vinilo supusieron $232.1 millones en ventas de música en la primera mitad del año, en contraste con [las de] CDs, que sólo recaudaron $129.9 millones, de acuerdo con un informe de la Recording Industry Association of America.

Yo no consigo entrar esas cifras en dicho informe. De hecho, lo que he encontrado es esto:

Extracto de la quinta página del informe del primer semestre de 2020 de la RIAA.

La parte de la izquierda muestra el número de unidades vendidas. No sé cómo de significativa es la venta de casetes y otros formatos en el primer semestre de 2020 en los EE.UU., pero voy a asumir como despreciable el error de suponer que cualquier venta que no sea de vinilo es de CD. Bajo esta suposición, viendo las cifras anteriores, se vendieron 18.7 millones de unidades de CDs y 9.2 millones de unidades de vinilos. Es cierto que los vinilos suelen ser más caros que los CDs pero no he podido corroborar las cifras dadas en dólares.

La anécdota que sí me parece interesante, aunque no es nueva, es que las ventas de catálogo superan a las novedades, como se observa especialmente en la tabla de los cinco álbumes de rock más vendidos, sacada de la página 18 del mismo informe:

Artista Título Discos
+ TEA[1]
+ SEA[2] bajo demanda
Queen Greatest Hits (1) 448000
Elton John Diamonds 372000
Creedence Clearwater Revival Chronicle, Vol. 1 299000
Journey Greatest Hits 273000
Fleetwood Mac Rumours 265000

[1] TEA (álbumes equivalentes por pista, del inglés, track-equivalent albums): 10 pistas digitales = 1 álbum.

[2] SEA (álbumes equivalentes por stream, del inglés, stream-equivalent albums): 1250 reproducciones premium = 1 álbum; 3750 reproducciones con anuncios = 1 álbum.

No sólo estos discos son de grupos o artistas que empezaron su andadura antes de 1975, además los cuatro con más unidades vendidas son recopilatorios.

Claro que yo no soy quién para opinar de esto: el último disco que declaré que me gustaría adquirir es uno conmemorativo del 40.º aniversario de Iron Maiden.

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Anteayer recibía una agradable visita por parte del incombustible señor Mora, al que envidio su talento musical, su actitud positiva y su capacidad organizativa, entre otras muchas cualidades. Me atrevo a decir que su apetito musical es tan grande como su conocimiento de la materia, y que si fuera a pedir una recomendación sobre vinilos sería de las primeras personas a las que preguntaría.

Casualmente, ese mismo día en Metal Injection se hacían eco de la publicación del informe de mitad de año de ingresos de la industria musical elaborado por la RIAA, del que destacaban algunas cifras del primer semestre del año en EE.UU. referentes a las ventas físicas. Del informe se extraen los siguientes datos:

Formato Medida Primer semestre 2018 Primer semestre 2019 Variación
CD Millones de unidades 18,6 18,6 0,0%
Ingresos (en millones) $245,9 $247,9 0,8%
LP/EP Millones de unidades 8,1 8,6 6,0%
Ingresos (en millones) $198,6 $224,1 12,9%

Aunque en la reseña de Metal Injection hablan de una tendencia alcista, en particular del vinilo, hay que hacer alguna que otra observación. Una es la que indican en el propio informe:

Los ingresos netos de productos físicos contrarrestaron la tendencia reciente en unidades vendidas y crecieron[…]; sin embargo, este crecimiento fue el resultado de una reducción de devoluciones de productos físicos, y en términos brutos los ingresos por [venta de] producto físico hubieran bajado en el periodo

Otra es que que, si bien los ingresos de los vinilos crecen más que los de los CDs (12,9 > 0,8), la rentabilidad de los CDs es superior a la de los vinilos: (0,8 / 0,0) > (12,9 / 6,0).

Una más sería que, en pureza, se necesitarían muchos más puntos de referencia para poder establecer posibles tendencias. Aunque siga sin ser suficiente, he sacado los mismos datos de los 2018, 2017, 2016 y 2015, obviando en los dos últimos casos la cuenta de los singles en cualquiera de los formatos. Hay filas con dos valores en aquellos casos que el informe de un año reportaba una cifra (en la parte superior de la casilla) y el del año siguiente reportaba otra para el mismo periodo (en la parte inferior de la casilla).

Formato Medida 2014 2015 2016 2017 2018 2019
CD Millones de unidades 56,8 41,1
43,8
38,9
38,6
35,2
35,0
18,6 18,6
Ingresos (en millones) $722,0 $494,8
$531,0
$443,9
$443,5
$430,6
$420,0
$245,9 $247,9
LP/EP Millones de unidades 6,5 9,2 8,4
7,2
7,2 8,1 8,6
Ingresos (en millones) $145,8 $221,8
$221,1
$207,1
$176,1
$181,7
$176,1
$198,6 $224,1

Afortunadamente, existe una base de datos de la RIAA ventas en los EE.UU. que permite consultar los datos por año. Limitándose a los ingresos, se observa lo siguiente:

Ingresos por año entre 1983 y 2018 por venta de música, con ajuste por inflación: LP/EP a la izquierda, CD a la derecha. Fuente: RIAA.

Los más perspicaces habrán notado que las escalas no son iguales. En los últimos años, la suma de ambas gráficas señala un descenso de los ingresos por ventas, como se puede ver en esta otra gráfica de la misma fuente. Sin embargo, la tendencia global es alcista, ya que la venta de productos físicos sólo supuso un 9% de los ingresos del primer semestre de 2019, proveniendo otro 9% de descargas digitales, un 2% por derechos de emisión y un 80% de streaming.

Normal que alguno se pregunte si Spotify está causando que las canciones se hagan más cortas.

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Recuerdo que hace unos años a alguien se le ocurrió coger unos CDs y «cocinarlos» en un microondas, capturando algunos momentos del experimento en unas imágenes que pusieron en Twitter. No sé qué clase de equipo utilizaron para tomar las instantáneas pero estoy casi seguro que no estaban equipados con una Phantom v2511, que es lo que usaron los Slo Mo Guys para grabar un CD girando a unas 80000 rpm.

Para conseguir esas velocidades engancharon un CD a un motor de un aspirador Dyson controlado por un autotransformador variable. Para poder grabar a más de 170000 fotogramas por segundo, redujeron la resolución de la imagen de la captura a 384px × 256px. El resultado, ampliado, tiene este aspecto:

Fotograma de una grabación a 170600 FPS de un CD girando a unas 80000 rpm.

Publicaron el montaje del vídeo de todo el proceso [08m35s] hace tres años y sólo lo saco a relucir ahora porque este fin de semana colgaron otro donde repetían el experimento, esta vez girando vinilos hasta desintegrarlos [16m06s]. El único cambio en la equipo utilizado parece ser la Phantom v2640 con la que grabaron a 12500 FPS, obteniendo imágenes como esta:

Fotograma de una grabación a 12500 FPS de un LP girando a unas 80000 rpm.

For Science!

No sé qué será que estos días me fijo tanto en maneras de «aprovechar» LPs, como la guitarra de vinilos de la semana pasada.

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Un mes atrás apuntaba para leer el artículo «Vinyl’s great, but it’s not better than CDs«. El título resume eficientemente el contenido del texto pero le ocurre algo similar a lo que me pasó con mi pequeña entrada reciente sobre φ: explicar algo que parece de sentido común o que se puede sintetizar de forma reducida no produce necesariamente en un texto corto.

Lo que me gusta del artículo es que ofrece argumentos con una lógica —a mi entender— sólida y hechos contrastables en lugar de opiniones, expertas o no. Tampoco pretende argumentar en contra de los vinilos pero sí aclarar o desmentir el origen de ciertos mitos respecto al sonido de los mismos:

Ya que los CDs se apoyan en el muestreo de una señal analógica original siendo grabada, tienen algunas limitaciones de frecuencia. Mientras que los vinilos, en teoría, codifican una onda de sonido suave, los CDs muestran esa sonido de audio en diversos puntos y luego juntan esas muestras. «Por muy alta que sea la frecuencia de muestreo», escribió en su día Eliot Van Buskirk de Wired, «nunca podrá contener toda la información presente en la surco analógico.»

Eso es cierto. Los CDs funcionan cogiendo un montón de muestras de una onda de sonido fuente y concatenándolas. Pero esta crítica es engañosa por dos razones. Por un lado, la impresión sobre vinilo no está libre de errores y [por lo tanto] el surco analógico de un disco determinado [tampoco] es una replica precisa de la onda de sonido registrada en el master, y en mucha medida debido a fuertes limitaciones en las frecuencias altas y bajas. Es verdad que los CDs no pueden replicar la onda completa en un master en todos los casos (actualización: en muchos casos, el teorema de Nyquist-Shannon implica que sí pueden) — pero tampoco pueden los vinilos.

Recomiendo leer el resto del artículo. Me recordó un poco también al argumentario sobre las descargas musicales a 24/192, que disfruté bastante.

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