La única vez que vi a Dying Fetus en concierto probablemente estaba en la época que más escuchaba a este grupo. No quiero decir que ahora no me guste, sólo que en los diez años que han pasado mis costumbres a la hora de escuchar música han ido cambiando. Con todo, cuando oí los primeros compases de Crimson Dawn, el grupo de Stan en el segundo episodio de la vigésimotercera temporada de South Park [22m11s], me sonó bastante familiar. Reconozco que tuve que mirar después que se trataba de «Second Skin» de Dying Fetus [05m24s].
Creo que South Park es la serie más longeva de las que he seguido con regularidad. A veces se les va la pinza pero me sigue gustando.
La crónica de este concierto va a ser necesariamente «corta», mi conocimiento sobre alguno de estos grupos es muy limitado.
El concierto de Evocation empezó sobre las 18:40. No les conocía de nada y tampoco me dejaron especialmente impresionados, aunque bastantes personas en el público parecían muy metidas en su concierto. Hubo varios factores que fueron en perjuicio de su actuación. Por un lado, el sonido estaba muy descompensado, al menos desde donde yo estaba: el bombo de la batería se comía el resto de los instrumentos, las guitarras tenían poca definición y el bajo era inexistente. Por otro lado, la voz del cantante tampoco me pareció especialmente interesante.
A su favor, el grupo tenía una buena actitud y, como digo, consiguieron una buena respuesta del público que había en ese momento. Se movieron bastante sobre el escenario y buscaban a la gente de un lado a otro. La música en sí no estuvo mal, algunos temas parecían interesantes. No sé si lo catalogaría como death metal sueco clásico, como definió al estilo de música de su grupo el cantante en medio del concierto, pero era más asequible de lo que esperaba. Tenían algunas melodías a dos guitarras y solos que sonaban (o, más bien, se intuían) sencillos y sin excesivos lucimientos.
Entre los pocos temas que entendí el nombre estuvieron «Feed The Fire», «Tomorrow There’s No Sunrise» y «Razored To The Bone». Los treinta minutos que estuvieron en el escenario fueron entretenidos y ayudaron a animar un poco el ambiente de la sala. Despejaron sus bártulos en poco tiempo y pronto estuvo el siguiente grupo sobre las tablas.
De Obscura tampoco conocía nada y poco puedo comentar. Mucho más técnicos que los anteriores, la referencia que hicieron ellos mismos durante el concierto a Symbolic y Human de Death (que no provocó una gran reacción que se diga) podría entenderse más como una inspiración que una referencia de estilo. Si bien es cierto que los patrones de la batería (otra vez demasiado alta) parecían elaborados eran todos bastante lineales. Me gustó el trabajo de los guitarristas, mostrando los dos una técnica que ya me gustaría tener. La guitarra del cantante, una Ran a medio camino entre una Hondo y una Washburn (como se señala en un foro de Harmony Central), tampoco estaba nada mal.
La actuación comenzó con una introducción de música ambiental, con los componentes del grupo de riguroso negro, dando la espalda al público (menos el batería). Todo ese tipo de teatro me hace más gracia que otra cosa pero siempre me da algo de miedo que se lo tomen demasiado en serio. Sobre todo cuando el bajista tiene un bajo de cinco cuerdas y lo lleva casi a la altura de las axilas, algo que puede apuntar al síndrome de «quieto parao, que yo soy un Músico». No fue el caso, ya que el cantante parecía un tipo más bien simpático y comunicativo, especialmente si se tiene en cuenta la fama de serios de los alemanes. Me hizo gracia que el otro guitarrista, encargado de la mayoría de los solos y con un gusto quizás excesivo por el tapping, siguiese con sus movimientos un ritmo totalmente independiente de lo que estuviese sonando. También me hizo gracia comprobar que cada vez soy más viejo y que unos cuantos de los grupos que voy viendo ya me parece que están poblados de chavalines.
La música me pareció más interesante que el primer grupo, más absorbente, y quizás por eso la gente estaba más concentrada en los músicos que en dar botes como locos. La pena es que el sonido, nuevamente, no acompañó. Si bien es cierto que fue mejorando con cada tema, los propios miembros del grupo pedían ajustes entre uno y otro para sus monitores. Desde mi posición apenas pude oír los solos de guitarra hasta el segundo tema de su repertorio y el bajo se perdía en toda la mezcla. Tras cuarenta minutos recibieron un merecido aplauso y yo hice nota mental de escuchar el material que tuviesen disponible en cuanto pueda y ver si me quedo con algo más que el título del tema «Universe Momentum».
La preparación para el siguiente grupo también se realizó de forma rápida pero cuando los componentes de Dying Fetus salieron al escenario todavía tuvieron que hacer unos cuantos ajustes. Aunque el sonido desde donde yo lo oía mejoró ligeramente la predominancia del sonido del doble bombo seguía siendo excesiva. Afortunadamente, gran parte del repertorio me resultaba por lo menos familiar, lo que me permitió seguir bastante bien el concierto.
Con todo, me parece triste tener que adivinar entre el estruendo resultante la pieza que está sonando. En un momento determinado lo único que podía sentir eran las vibraciones del sonido del doble bombo golpeando contra mi cuerpo. Eso está muy bien si lo que quieres es dar unos cuantos botes y gritar pero, evidentemente, devora cualquier otro sonido que pueda haber en la sala. No sé como lo oiría el resto de la gente pero a mí me decepcionó bastante.
Respecto al grupo, supongo que querrían aprovechar los cuarenta y cinco minutos que tendrían asignados y atacaron un tema tras otro sin apenas pausas ni comentarios. Técnicamente es un grupo fuerte y ya tienen un catálogo suficientemente amplio como para elaborar una lista variada de temas. Por supuesto, pusieron cierto énfasis en los temas sacados su último disco, «Descend Into Depravity», pero también colaron un par de clásicos. El público reaccionó particularmente bien a temas como «One Shot, One Kill» y «Pissing In The Mainstream» pero yo disfruté especialmente de «Kill Your Mother, Rape Your Dog» [01m24s], todo un clásico para mí.
A estas alturas la sala ya estaba con una ocupación considerable, lo que no previno la formación de un buen mosh pit durante gran parte del concierto, algo que animaron desde el grupo. Cuando llegaron al final de su actuación y tocaron «Praise The Lord (Opium of The Masses)» yo supuse que estarían bastante aliviados. Los problemas de sonidos parecían haber sido constantes y en la sala ya hacía bastante calor. A mí el concierto me pareció corto pero pensé que, si iba a ir en beneficio del concierto de los cabezas de cartel, para mí mejor.
Cannibal Corpse no tardó mucho en colocarse delante del público, siendo recibidos con una gran ovación. Cada uno de los cinco integrantes se colocó en una posición y no se moverían del sitio en todo el concierto, salvo para cambiar instrumentos o realizar algunos ajustes en los mismos.
El sonido en este caso fue algo mejor pero, aún así, seguía dejando mucho que desear. «Evisceration Plague» abrió el concierto y ya evidenció el nivel excesivo de los bajos de la batería. A pesar de todo, las guitarras no estaban totalmente desaparecidas y la voz de Fisher no tenía un mal nivel. «The Time To Kill is Now» sufrió los mismos problemas, al igual que «Disfigured» y «Death Walking Terror». Sobre el escenario los músicos no parecían tener muchas pegas.
Entre Coca-Cola y Coca-Cola, George «Corpsegrinder» Fisher hacía algunos comentarios. Normalmente presentaba brevemente el siguiente tema o arengaba a la gente a hacer ruido. Todo este teatro me suele resultar bastante divertido y el público respondió con ganas. «I Cum Blood» tuvo su presentación, al igual que «Fucked With A Knife», dedicada además con una sonrisa diabólica a las chicas asistentes. Como digo, Fisher estuvo moderadamente hablador e incluso se le vio sonreír al ver un cartel casero donde se podía leer «Mr. Corpsegrinder Lvl.80 Elite», en referencia a su afición por World of Warcraft. También retó al público a intentar sacudir la cabeza tan rápido como él, algo que a mí me parece casi imposible, como me parece casi imposible que no se haya lesionado el cuello en más de una ocasión.
Casi 10 años separan a las dos canciones que continuaron el concierto, «Sentenced To Burn» y «Evidence In The Furnace». Teniendo el cuenta la trayectoria de casi 20 años de este grupo es fácil ver que, a pesar de disponer de más tiempo que los otros grupos, algo se tendría que quedar en el tintero. A pesar de este inevitable hecho, el repertorio estuvo bien nutrido. «The Wretched Spawn» precedió a «Scalding Hail» y «Make Them Suffer».
Llegados a este punto la temperatura en la sala a había llegado a su máximo valor, sin que resultase excesivamente molesto. No obtengo placer alguno en estar en medio de una masa de (en su mayor parte) tíos sudando y dándose empujones pero me imagino que es bastante apropiado cuando está sonando composiciones con títulos como «Pit Of Zombies» y «Shatter Their Bones». Claro que, con esa justificación, habría que ver qué resulta apropiado para «Vomit The Soul» o «Priests of Sodom», también con dedicación de Fisher, similar a la que hizo para las chicas.
El concierto empezó a cerrarse con «Unleashing The Bloodthirsty» pero, obviamente, no podía concluir sin haber sonado antes «A Skull Full Of Maggots». Anunciaron que la última canción sería «Hammer Smashed Face» para, a continuación de ésta, tocar «Stripped, Raped & Strangled» y entonces sí cerrar el repertorio. Aparentemente no hay muchos cambios respecto al setlist de ocasiones anteriores.
Un detalle que me gustó mucho fue que Fisher bajó del escenario una vez terminado el concierto y se dedicó a saludar a todas las personas que se acercaron, dedicando un buen rato a las personas que acababan de disfrutar de la actuación del grupo. El concierto acabó poco antes de las 22:45, tras una hora y media de Cannibal Corpse que a mí me dejó bastante satisfecho.