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Hace poco mi lista de instrumentos deseados aumentaba con la aparación de la Ibanez Fireman morada de Paul Gilbert. Como con cualquier otro caso de dicha lista, no puedo justificar tener una si no le voy a sacar partido; suficiente tengo con no aprovechar la guitarra que sí tengo. Esto no quiere decir que la lista pare de crecer. De hecho, la inclusión del último modelo de Ibanez venía precedido por la serie de guitarras Solar con acabado de madera envejecida.

Ahora, puedo incluir una nueva entrada que veía en la página de Instagram de Hutchinson Guitars:

Se ve que mi gusto no ha evolucionado mucho en los últimos años porque ya me había fijado en las guitarras vikingas de Hutchinson hace unos años.

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Ride the Lightning y Master of Puppets fueron escritos en el garaje de la antigua casa de Lars Ulrich, en el 3132 de Carlson Boulevard. En ese garaje también ensayarían lo que sería el primer disco que grabarían con Jason Newsted tras la muerte de Cliff Burton, The $5.98 E.P.: Garage Days Re-Revisited. El garaje ya no existe pero uno de los amigos del grupo conservó alguno de sus tablones, que acabaron en las manos de Ken Lawrence para que le hiciera una guitarra a James Hetfield.

El propio Hetfield presenta la guitarra, a la que llama Carl, y cuenta la historia en este vídeo [07m58s], de donde salen las siguientes capturas:

La historia me recuerda un poco a la de los bancos del Hollywood Bowl aunque, por la forma, la guitarra me ha hecho pensar en una de las guitarras vikingas de Hutchinson. Como se ve, parece haberla usado en directo, pero no creo que la sacase en el concierto de Metallica de hace un par de meses.

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Al principio de la entrada del otro día sobre la Lzzy Hale Explorer Dark mencioné otro de los modelos que Gibson ha presentado este año, la Modern Flying V. Leyendo opiniones como la de Glenn Fricker transcrita en Ultimate-Guitar.com, se puede decir que algunas reacciones no han sido muy positivas. No siempre estoy de acuerdo con el ingeniero de sonido canadiense, como cuando comentó sobre el «privilegio femenino» en la música, y su papel de cascarrabias a veces actúa en detrimento de los argumentos que quiere hacer. Eso no quiere decir que no pueda tener razón, y hay precedentes históricos tanto a favor como en contra del futuro éxito de la guitarra.

Gibson Modern Flying V negra (SKU MDVEBPBN1).

El primero lo cuentan en un interesante artículo de Tony Bacon en Reverb. Hace sesenta años, alrededor de marzo de 1958, Gibson incorporó a su catálogo una guitarra que habían anunciado en noviembre del año anterior en la Gibson Gazette: la Flying V. Con un precio de $247.50, igual que una Les Paul Standard y que equivaldrían a unos $2100 en 2018 debido a la inflación, duplicaba los $120 que costaba la Les Paul Junior pero quedaba muy por debajo de los $700 de la Super 400 CES.

Presentación de la Flying V en el catálogo de Gibson de 1958.

El diseño había corrido a cargo de Seth Lover, quién propuso otros dos modelos: la Explorer, cuyos prototipos iniciales hoy en día se conocen como Futura, y la Moderne, que no se llegó a fabricar hasta 1982. Gibson denominó a esta colección las guitarras Modernistas. El resultado fue catastrófico en términos de ventas iniciales:

A lo largo de 1958, Gibson despachó un total de sólo 81 Flying Vs. Esa cifra palidece en comparación con las de los modelos del fabricante más exitosos (e inevitablemente más económicos) en ese año, que fueron la ES-125 (1528 unidades) y la Les Paul Junior (2408 unidades).

Algunas guitarras tuvieron peores ventas que la V [en 1958]. Por ejemplo, la costosa Super 400 CES (30 unidades) o la Explorer […] (19 unidades). En 1959, Gibson vendió únicamente 17 unidades de la V y sólo tres Explorers — y, se miren como se miren, estas cifras señalan un colapso casi completo en el interés por estas chocantes nuevas guitarras.

El modelo se dejó de fabricar en 1959. Evidentemente, ese no fue el final de la historia y se podría decir que tampoco es el principio de la misma. La guitarra sí que tuvo usuarios desde el primer momento.

El más precoz quizás fuera Lonnie Mack quien, según cuenta en el blog de Disc Makers, tenía antepasados nativos americanos [,] se enganchó con el diseño en forma de flecha de la guitarra por representaciones que vio incluso antes de que la guitarra fuera fabricada. La suya fue la séptima guitarra que salió de la cadena de producción, que mandó equipar con un trémolo Bigsby a la tienda de música de Glenn Hughes en Cincinnati. Como dato curioso, es el uso del Bigsby por parte de Mack en su álbum The Wham of That Memphis Man y en la canción «Wham!» la que le dio a la «barra de whammy» su apodo.

Sin embargo, se podría argumentar que el más famoso fue Albert King. Ya fuera porque le era más fácil de dar la vuelta para tocar como zurdo o por cualquier otra razón, los instrumentos que ahora son propiedad de Steven Seagal son una de las señas más reconocibles del guitarrista.

Las Flying V volvieron a fabricarse a partir de 1967, con todo tipo de variantes. Una de ellas es la protagonista de la segunda historia, que cuentan en The Music Zoo y cuentan lo que el lutier Tim Wilson pudo rememorar con Mike Johnson sobre una de las ideas de Perrino.

A mediados de los noventa, Charles Perrino era el director de marketing de Jackson/Charvel. También tenía mucho interés por los temas relacionados con la ciencia ficción y los alienígenas. Un día le describió a su asistente, Mike Johnson, un sueño que había tenido de una «guitarra futurista flotando en el espacio exterior». Como rememora Johnson con el lutier Tim Wilson, Perrino le contó la idea sin un diseño específico y el asistente, quien acababa de conseguir Autocad en su ordenador, se puso manos a la obra.

El cuerpo ahuecado de aluminio, cuya forma recuerda casualmente a la insignia de la Flota Estelar, fue equipado con una pastilla de Tom Holmes porque «la tenían por ahí[,] tenía una cubierta de níquel [y] pensaron que el aspecto molaba», una única perilla en forma de ovni y un puente Gotoh Tune-O-matic. El cuello era de arce y el diapasón de ébano con decoraciones reminiscentes de círculos en cultivos realizadas por Dwight England de Custom Inlay. El clavijero de aluminio, a juego con el cuerpo, llevaba clavijas LSR. De acuerdo con los registros de Jackson, la primera Roswell (RSWL-1) se completó en diciembre de 1995 y se mostró en el NAMM show de enero de 1996.

Lo que iba a ser una pieza de expositor despertó un cierto interés y acabaron fabricando más, en lotes de unos quince o veinte, hasta un total de 123 guitarras de aluminio incluyendo la que llevaron a NAMM. Los cuerpos y los clavijeros eran fabricados por CNC por una compañía llamada Numericon en el Valle de San Fernando, y después eran sometidos a procesos de raspado y anodización. Hacia el final de lo que sería la producción de esta guitarra empezaron a hacerlas de madera, de las que hay diecinueve entradas en el registro de Jackson, incluyendo variantes en la forma y en los acabados. La última listada se registró en enero de 1998.

Recreación de una Jackson Roswell Rhoads.

Desconocía el origen de la guitarra y, por lo que cuentan, le dieron una a Marty Friedman, aunque yo recuerdo haberla visto en el vídeo de «Freak» de Silverchair [03m48s].

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Gibson ha empezó el año dando algún que otro paso cuestionado en algunos círculos. Su decisión de no participar en NAMM 2018 sorprendió, para bien y para mal, casi tanto como el diseño de la Modern Flying V, un modelo de $4499 de la línea Custom que presentaron oficialmente en el CES. No digo que la guitarra no lo valga, sólo que a mí no me llama especialmente la atención. Entre sus modelos con diseños más convencionales, la semana pasada anunciaron la Lzzy Hale Explorer Dark, con un precio de «sólo» $2299.

El cuerpo es de caoba con un acabado brillante de laca de nitrocelulosa y bordes de siete capas. El cuello también es de caoba y tiene un perfil estilo Slim Taper que asumo será del tipo 30/60 que describen en este foro. El diapasón tiene un radio de 12” (≈305mm) y es de Richlite, un material compuesto por celulosa y resina fenólica que (supongo) será similar al del diapasón de la Epiphone Jeff Waters Annihilation II Flying V, con una anchura que va desde las 1.695” (≈43.1mm) de la cejilla de Tektoid (grafito) negro hasta las 2.260” (≈57.4mm), 22 trastes criogénicamente tratados de tamaño medio y decoraciones rectangulares de nácar. La juntura entre diapasón y mástil es de una capa negra que cubre el borde de los trastes. El hueco para el ajuste del alma de la guitarra tiene una cubierta con la firma de la cantante y guitarrista.

La escala es de 24.75” (628.65mm), y los calibres de las cuerdas son .009”, .011”, .016”, .026”, .036” y .046”. Las clavijas son Locking Mini Grovers con botones negros mientras que el puente es un Tone-O-Matic con stopbar, todo de aluminio aunque el acabado es dorado, igual que el del golpeador, las cubiertas tanto de las pastillas '57 Classic (cuello) y '57 Classic Plus (puente) como del jack y el de las dos perillas de volumen y la de tono. El selector de pastillas tiene la punta negra.

Y como una imagen vale más que mil palabras, he aquí unas cuantas fotos promocionales:

Gibson Lzzy Hale Explorer Dark (SKU DXLZ18EBGH1).

Viendo que el vídeo de presentación con Hale [02m08s] no da más detalles de la guitarra me cuesta defenderla frente a otras, incluso ciñéndome al mismo fabricante. Por ejemplo, la Explorer Elite cuesta $550 menos y, por las especificaciones, las únicas diferencias son que el diapasón es de granadillo cocido con decoraciones acrílicas, el cuerpo es de color cereza envejecido y el golpeador es blanco. Las pastillas son distintas, unas Burstbucker 2 y 3 que en estos momentos no sirven en su tienda oficial, pero su precio es normalmente el mismo que las '57 Classic en todos los puntos de venta donde las he encontrado. Según se puede leer en en la página de Gibson, la diferencia entre unas y otras se reduce fundamentalmente a que las bobinas de las Classic están equilibradas y las Burstbucker no.

Mirando entradas anteriores, la última vez que me fijé en una Gibson era por la persona que la estaba usando más que por la guitarra en sí: recientemente en el concierto de Metallica y hace un par de años hablando de pornografía con guitarras. No creo que sea indicativo de nada más que mis preferencias y perspectivas, pero ahí queda.

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Me topo con que Epiphone acaba de sacar tres modelos de edición limitada en korina.

El primero está basado en la Flying V con un acabado Antique Natural. Tiene un cuello de perfil en forma de «D» estilo «1960’s» SlimTaper, con una escala de 24.75″ y clavijero en forma de «V». Lleva un humbucker Alnico Classic en la posición del cuello y un Alnico Classic Plus en la posición de puente. Según la página de Epiphone, estas pastillas son similares en tono a las PAF de las Flying V y Les Paul Standard vintage, y están hechas con imanes Álnico-V para conseguir una potencia de salida más alta con frecuencias medias y altas mejoradas. El puente es un LockTone Tune-o-matic y el cuerpo tiene una decoración metálica en forma de V atravesada por las cuerdas:

El segundo está tiene un diseño tipo Explorer con el mismo acabado. Tiene controles individuales para el volumen de cada pastilla y un control maestro del tono, todos con perillas de estilo clásico «Top Hat» en negro. El hardware dorado incluye clavijas 14:1 Grover Mini-Rotomatic:

Por último, está el bajo complementario al modelo anterior, que utiliza pastillas Epiphone XR y XT:

Las dos variantes me gustan, aunque no sé si el golpeador blanco le da un aire más clásico, como la Explorer de Collins que, supuestamente, era originalmente de Clapton.