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Diseño de camiseta visto en Etsy

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Si el otro día señalaba los chistes gráficos de Miguel Bustos, entre los que había más de un juego de palabras con personajes salidos de Los Simpson, ayer me topaba en Metal Injection con Springfield Albums, una colección de portadas de discos reinterpretadas o modificadas con habitantes de Springfield, de las que dejo una pequeña muestra a continuación:

Veremos si en algún momento hacen también la de «Abbey Road».

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Prince - Whole Lotta Love (Live At The Aladdin, Las Vegas, 12/15/2002) []

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Hace casi seis años mencionaba que habían demandado a Led Zeppelin por plagio, en particular acusaban de haber copiado parte de «Taurus» de Spirit en «Stairway to Heaven», y a principios de este mes el consecuente juicio se resolvía a favor de Led Zeppelin. En la descripción del contexto que acompaña a la resolución señalan que no se disputa que los caminos de Spirit y Led Zeppelin se cruzaran a finales de los años 1960 y principios de los 1970. Los grupos actuaron en el mismo lugar por lo menos tres veces entre 1968 y 1970. Led Zeppelin también tocaba una versión de una canción de Spirit, Fresh Garbage. Pero no hay evidencia directa que los dos grupos fueran de gira juntos, o que miembros de Led Zeppelin oyeran a Spirit tocando Taurus. El documento completo son setenta y tres páginas, para los que quieran algo que leer y tengan un criterio debidamente formado en estos asuntos, cosa que yo no tengo.

Lo que sí tengo es una opinión sobre qué no considero plagio que bastante con enlazar para no repetir. Hablando de repeticiones, llego vía Hacker News a un artículo en MusicTech sobre el esfuerzo de dos programadores (entre otras cosas) para intentar prevenir que la repetición accidental de dos melodías se pueda considerar legalmente plagio. El equipo, formado por Damien Riehl y Noah Rubin, desarrolló un programa —disponible en GitHub— capaz de generar todas las combinaciones posibles de ocho notas y doce compases a un ritmo de trescientas mil melodías por segundo. El resultado fue publicado al dominio público y además archivado en Internet Archive. La idea es que, llegado el caso, se pueda defender la posición que cualquiera de éstas melodías son de dominio público, lo que demuestra la locura del sistema de copyright prevalente, como señalan en Hypebot.

En esta ocasión no es pertinente acompañar la entrada con mujeres desnudas así que, en su lugar, enlazo con la charla de Damien Riehl donde habla sobre todo este asunto:

Fotograma del vídeo de la charla «Copyrighting all the melodies to avoid accidental infringement»de Damien Riehl para TEDxMinneapolis [].

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Veo en Hacker News un artículo que asevera que el queso expuesto al hip hop sabe mejor. Al menos es la conclusión a la que llegó el panel de expertos culinarios tras catar los quesos resultantes de un proyecto desarrollado entre la Hochschule der Künste Bern (la Universidad de las Artes de Bern) y la Käsehaus K3 de Burgdorf.

Los detalles se pueden ver en este PDF pero se resume de la siguiente manera: ocho ruedas de queso Emmental de la variedad Muttenglück fueron expuestas a un único sonido cada una gracias a unas repisas fabricadas ex profeso, de forma continua durante siete meses de curación, junto a una novena rueda en una repisa sin sonido.

Repisa para la curación sonorizada de un queso.

Los sonidos utilizados fueron «Monolith» de Yello, «Die Zauberflöte» de Mozart, «UV» de Vril, «Stairway to Heaven» de Led Zeppelin, «We Got (the Jazz)» de A Tribe Called Quest y tres tonos sinusoidales puros a 25 Hz, 200 Hz y 1000 Hz. Soy consciente que estos sonidos no son todo canciones pero la realidad no me iba a estropear la aliteración en el título.

A pesar de la falta de rigor científico, ésta es la clase de experimento artístico que puedo entender: del tipo que se come. Lo malo es que ahora tengo hambre.