Para lo que me gustan las baterías debo reconocer que sé muy poco de sus principios físicos. Aunque me interese por las matemáticas de la acústica de un tambor no puedo decir que entienda bien la teoría. Por otro lado, mi experiencia y mi oído tienen demasiadas carencias como para hablar desde un punto de vista práctico. Vamos, que no debería hablar mucho de baterías, lo que no quiere decir que me vayan a interesar menos.
Por eso, cuando veo en Hacker News algo como este artículo de Stefan Korth sobre el tamaño de los toms procuro reservar unos minutos para leerlo e informarme un poco más. Korth, que es fabricante de instrumentos de percusión, explora por qué la profundidad de los toms suele ir de menos a más dentro de un mismo conjunto, como se observa en la batería con la que ilustra su texto:
Sin reventarle el artículo a nadie, tiene que ver más con el volumen y la estética que con el tono, aunque este se vea afectado, evidentemente. Leyéndolo, me he acordado de la batería Staccato que mencioné hace unos años, en la que la forma tan particular de las cajas supuestamente producía un volumen mayor.