Cuando falleció Prince comenté que mi historia favorita sobre el músico de Minesota es la que contó hace mucho Kevin Smith. En ella toca sobre alguna de sus excentricidades, que es como se llama a determinados comportamientos de la gente con dinero. Mirando artículos de los últimos meses que no había leído, me topo en Boing Boing con otro de estos ejemplos sobre el mismo personaje, desarrollado en formato de artículo por Brooke Bobb para Vogue:
[…] Prince tenía sus alzas —unos 3000 pares[…]— hechas a medida por una zapatería sexagenaria en Sunset Boulevard llamada Andre No. 1. […] Gary Kazanchyan lleva el taller y crea calzado a medida para actores y actrices de la TV y el cine, así como para músicos […]
«Llegó un punto en el que hacíamos de media de 30 a 40 pares de zapatos al mes para Prince«, dice Gary. «Creo que debe haberse puesto al menos dos o tres de esos zapatos cada día porque se negaba a dejarse ver, digamos, en una conferencia de prensa por la mañana llevando las mismas alzas que llevaba puestas sobre el escenario la noche anterior».
[…]
«He visto a muchas personas llevar exitosamente muchos zapatos diferentes pero definitivamente hubo ocasiones donde pensé que Prince no podría hacerlo, especialmente con todos los splits y el baile», dice Gary. «Pero fuera cual fuera el tacón, él lo lograba».
La verdad es que resultaba impresionante verle en acción.