A veces reconozco películas o series de televisión que no he visto. No es un conocimiento útil ni cultivado conscientemente, y siempre que me ocurre en alguna conversación me sale espontáneamente la coletilla de «pero no la he visto». A veces es por el reparto, como cuando comentaba que no había visto See, la serie con Jason Momoa unas semanas atrás, pero otras veces puede haber sido por ver alguna referencia de pasada suficientes veces como para que me resulte familiar. Es lo que me pasó al ver las ilustraciones de Russell Walks sobre Bosch, una serie que no he visto sobre un personaje de unas novelas de Michael Connelly que no he leído.
[Este trabajo] es un intento de enlazar el sombrío y simbólico detective Harry Bosch de Connelly —especialmente como es encarnado por el gran Titus Welliver— con el jazz humeante y infundido de noir que Harry ama tanto. La mayoría de estas obras fueron influenciadas o inspiradas por el trabajo de Reid Miles, el diseñador que creo entorno a 500 cubiertas para Blue Note Records a mediados del siglo veinte. No estoy innovando; el trabajo de Miles ha sido el punto de partida para un millar de diseñadores y artistas. Con todo, hay algo en la manera que estos colores y tipografías de mediados de siglo parecen encajar con Los Angeles de Harry, un lugar donde las sombras y la tristeza son tan comunes como la luz del Sol.
Aparentemente, a Connely le preguntan lo suficiente por el tema como para que haya parecido conveniente listar la música que aparece en sus novelas. Sería curioso conocer qué opina de esta interpretación de su trabajo aunque, viendo que una parte considerable de la obra del ilustrador está dedicada a Star Wars lo que realmente me gustaría ver sería una ilustración complementaria al tema de The Merkins sobre The Mandalorian.