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Cuando volvía a mencionar hace poco el estudio sobre los efectos de las audiciones a ciegas seguramente provoqué, por pura casualidad, que me viniera a la cabeza de nuevo al toparme en Hacker News con un artículo de Kate Wagner sobre los fallos meritocráticos de la música clásica:

La música clásica es cruel, no porque haya ganadores y perdedores, concertinos y ripienos, sino porque miente sobre el hecho que estos ganadores y perdedores son elegidos mucho antes del primer momento en el que un infante coge un instrumento. No importa si estudias composición, dedicas años a un instrumento o simplemente tienes el deseo de enseñar […]. Si provienes de una familia menos-que-adinerada o de un lugar aparte de las ciudades más ricas, las probabilidades están en tu contra independientemente de lo mucho que sacrifiques, lo duro que trabajes o, sí, el talento que tengas.

En mi limitada experiencia, el éxito requiere estar preparado cuando se den las circunstancias adecuadas. Es evidente que mucha gente ni siquiera tiene la oportunidad de prepararse. También creo que esas circunstancias adecuadas por lo general no se pueden controlar o están bajo el control de una parte interesada en mantener el statu quo.

¡Feliz lunes!

Ilustración de Clemens Habicht que acompaña al artículo de Kate Wagner «Strike with the Band».