.

A finales de noviembre anunciaban en la web de Baroness que se podían hacer las reservas del conjunto de los cuatro vinilos ilustrados con los sencillos de «Purple». Los cuatro discos no solo estaban maravillosamente decorados con ilustraciones de Marald Van Haasteren, sino que cada funda era un cuadrante de la portada del disco realizada por John Dyer Baizley.

Vinilos ilustrados de «Purple», de Baroness. Portadas de John Dyer Baizley, decoraciones de Marald Van Haasteren.

En su momento me pareció un conjunto fantástico, que seguro que no defraudaría a quien lo pudiera tener, aunque preferí no pensar mucho en ello porque yo era de los que no lo podrían disfrutar. Sin embargo, estaba equivocado y, otro año más, tengo que repetir que me cuidan demasiado bien.

Son espectaculares, doy fe.

.

No recuerdo como llegué a la entrada en LifeHacker preguntando cuál es el mejor álbum para tener en vinilo. Yo sigo sin haber caído en ese mundo, por suerte para mi bolsillo, y de momento seguiré en las mismas, especialmente si es cierto que la calidad de las nuevas ediciones deja que desear. Tampoco es que me sorprendiese, dado que la situación de las guerras del volumen no parece haber mejorado, aunque es de esperar que haya excepciones como la que parece ser Third Man Records, la discográfica de Jack White que Adam Savage visitó (y disfrutó) recientemente.

Así que la cuestión principal del artículo no es que me llamase mucho la atención, pero me llevó a una reseña en Sploid que tenía un GIF similar a este:

Vista microscópica de una simulación de reproducción de un disco de vinilo.

Esta sacado de un vídeo donde se explica cómo se capturaron las imágenes [09m40s] para crear la animación anterior (adelanto, a intervalos de 50μm) de hace un par de años que me recordó a las imágenes de un vinilo y aguja bajo un aumento de 1000×. Merece la pena verlo entero.

.

Según dicen en Colossal, parece que con los componentes adecuados puedes sumergir un tocadiscos y conseguir una reproducción casi perfecta, como demuestra la instalación Submerged Turntable” del artista Evan Holm [01m04s].

En la página del artista hay un documental de poco más de ocho minutos sobre cómo preparó esta instalación en el SFMOMA hace ya un par de años.

Por suerte para mi economía, nunca me he dejado atrapar por el apasionante mundo del vinilo. Viendo como hay gente que cobra/paga miles de dólares por estos artículos temo que mi afán coleccionista y mis limitaciones presupuestarias sólo me generasen frustraciones.

Con todo, no deja de resultarme interesante, especialmente cuando se presenta de una manera original o menos convencional. Recuerdo haber visto hace un par de años la reseña del premio a la campaña “Back To Vinyl – The Office Turntable” en el festival Cannes Lions o la gran invitación de boda que puse por aquí hace cinco años, que me llamaron la atención.

También me resulta interesante cómo las compañías que todavía fabrican vinilos siguen operando y tienen incluso una demanda creciente, según un artículo en The Quietus al que llegaba vía Hacker News. No creo que sea por la edición del último recopilatorio del Wu-Tang Clan, The Wu – Once Upon A Time In Shaolin, del que sólo produjeron una copia.

Y hasta aquí lo que tenía apuntado. Que no todo van a ser mujeres desnudas sujetando unos vinilos o posando junto a un gramófono cada vez que hablo de discos :P.

.

La muchacha anterior se hace llamar Connie Carter, nombre que no me suena muy checo a pesar de ser la nacionalidad que se atribuye en su página de facebook. En Boobpedia (sí, es un sitio de verdad, aunque a estas alturas no sé ni por qué me sorprendo al encontrar estas cosas) ofrecen más información de ella.

Para los que no les baste con admirar la curva praxiteliana en la fotografía anterior, esta sale de una página de muestra de la colección completa de 116 fotos que hizo con un tal Tommy Bernstein a la venta en FemJoy. Dicho sitio parece ofrecer también un vídeo en el que se muestra con una guitarra, que no he tenido ocasión de ver. Con todo, no sería la primera vez que veo un vídeo de sexo con una guitarra

.

Visto en Twitter a finales de marzo, me recordó a los valles de vinilo que puse por aquí hace más de cuatro años.